Religión Egipcia
La religión es un factor fundamental de la cultura egipcia y es muy difícil de comprender. Se trata de una religión politeísta, pero con tendencia al monoteísmo ya que cada nomos (o pequeña región) tenía un dios al que rendía culto principalmente y luego rendía culto a los demás de manera secundaria.
Estas divinidades se representan como figuras humanas con algunos símbolos, aunque luego algunos se sincretizan. Unas veces tienen cabeza de animal y otras veces sólo se representan con la forma animal. Hay dos tipos de dioses:
La religión es un factor fundamental de la cultura egipcia y es muy difícil de comprender. Se trata de una religión politeísta, pero con tendencia al monoteísmo ya que cada nomos (o pequeña región) tenía un dios al que rendía culto principalmente y luego rendía culto a los demás de manera secundaria.
Estas divinidades se representan como figuras humanas con algunos símbolos, aunque luego algunos se sincretizan. Unas veces tienen cabeza de animal y otras veces sólo se representan con la forma animal. Hay dos tipos de dioses:
- Dioses locales: los de cada nomos (por ejemplo, el Dios de Memphis es PTAH)
- Dioses cósmicos: mucho más amplios, para todos los normos. Entre estos cabe destacar una triada que va a ser muy importante desde un principio: Geb, dios de la tierra, Nut, dios del cielo, y Ra, dios del sol.
- Muchos semidioses, que se van multiplicando.
- También hay animales sagrados (que no divinos), a los que se trata con mucho respeto y se momifican al morir.
Principales divinidades egipcias:
Todas estas divinidades, que son muy pocas en relación con todas las que había, se mantienen sin prácticamente variar hasta la época grecorromana en que empiezan a desaparecer o se empiezan a fundir con dioses griegos o romanos (los dioses siguen siendo los mismos pero desaparecen las representaciones o se convierten en figuras humanas o de animales simplemente [desaparecen figuras humanas con cabeza animal, etc]).
La religión egipcia permanecerá durante la época romana hasta el Edicto de Teodosio de finales del siglo IV d.C. Estos dioses vienen complementados con la creencia en la vida de ultratumba, que explica el culto de los muertos, que se da en toda la sociedad. Esta costumbre data de época prehistórica y afirma que después de la muerte el hombre permanece. Así, además del cuerpo (elemento material) hay otro elemento espiritual, el Ba, que se representa bajo el aspecto de un pájaro con cabeza humana y está representado en el interior de las tumbas, a veces volando y a veces quieto.
El Ba es el principio, el soplo vital del hombre, su energía. Sale del cuerpo al morir, vuela al cielo hasta el doble del cuerpo del que se ha separado, el Ka, el soporte vital. El Ba no muere nunca, no se descompone y necesita para ser feliz en el más allá rodearse de todo lo que ha tenido en vida (representaciones de la vida mortal y objetos encontrados en las tumbas).
La momificación
Todo lo anterior nos lleva a la momificación. El desierto puede asegurar al hombre la momificación porque seca el cuerpo evitando su descomposición, pero según avanza el tiempo los cuerpos se empiezan a momificar para conseguir una mejor conservación y esta momificación lleva a una serie de ritos muy complejos.
La momificación se convierte en todo un arte que se realiza en las "casas de la muerte" a las que llevan los muertos. Se necesitan una serie de ungüentos que a veces se encontraban en Egipto, pero otras veces no, por lo que eran muy costosos. Las técnicas se van perfeccionando según se va desarrollando el comercio y están plenamente conseguidas en el Imperio Medio y Nuevo.
Heródoto lo vivió en su viaje a Egipto y lo describe perfectamente. Se trata de deshidratar totalmente el cuerpo, para lo que se le pone a macerar durante 70 días en natón, y una vez deshidratado se extraen todas las vísceras menos el corazón y el riñón. El cuerpo se lava y se purifica con resinas y perfumes. Se impregna en aceites aromáticos que ayudan a conservar el cuerpo. Después, se procede al fajado del cuerpo con una serie de vendas y se le coloca en un sarcófago que tiene forma humana hecho con telas superpuestas y endurecidas, y de este sarcófago se mete a su vez a uno más grande, de madera, metal o piedra. Tanto en el fajado como en el primer sarcófago se colocarán muchas inscripciones con un gran carácter simbólico y espiritual.
Evidentemente esto dependía mucho de distintos factores (principalmente del económico) y podía ser de muy distintas formas. Por ejemplo, varían el tipo de ungüentos y perfumes utilizados para purificar el cadáver, la manera de extraer los órganos e incluso la manera de fajado y de enterramiento, ya que las familias más pobres sólo se podían permitir envolver el cadáver con un lienzo y enterrarlo tal cual en un hueco en la tierra. Sin embargo hay una serie de ritos, como el macerado del cuerpo durante 70 días en natón, que no varían.
Otros ritos funeraios
Otro rito funerario muy importante en el Antiguo Egipto era el traslado por el Nilo del cadáver a la ciudad de los muertos. Este traslado conlleva una serie de ritos, entre los que se encuentra una procesión en la que aparecen los familiares del muerto, sacerdotes, etc. que se representa en muchas ocasiones.
Otro rito muy importante que también es muy representado es el de la apertura de la boca, que se realiza cuando ya se ha llegado a la ciudad de los muertos y que consiste en devolver al muerto los sentidos que ha tenido en vida (gusto, olfato, vista, tacto y oído). Esto se hace mediante una ceremonia en la que un sacerdote con una careta de Anubis se dirige con distintos instrumentos a los ojos, la boca, etc de la momia. Este rito también se hace en algunas ocasiones a estatuas, para darles vida.
Después de esto, se entierra al difunto, se celebra el banquete y luego tiene lugar el juicio de los muertos.
El Juicio de los muertos
En este juicio se pesan las obras de un hombre para saber si es digno de ir al reino de Anubis. El muerto tiene que declarar, siempre con un sentido negativo (no maté, no robé…), y su declaración será puesta por escrito, así como el resultado del peso del alma, por el Dios de la sabiduría, Thot. El que fiscaliza todo es Anubis.
Este juicio tiene una importancia muy grande ya que es algo inédito en las culturas de la Antigüedad y no volverá a darse nada parecido hasta el cristianismo, que recogerá mucha de la simbología que utilizaban los egipcios.
El juicio de los muertos se representa siempre de la misma manera: está presidido por Osiris, que está sentado bajo un baldaquino y está asistido por Isis y Neftis. Los tres dioses están rodeados por 42 asesores, los dioses de los distintos nomos. En uno de los lados aparece el difunto conducido de la mano por Anubis, "el conductor de almas". Llegan al centro de la escena donde hay una balanza; en un platillo se encuentra el corazón del difunto y en el otro una pluma (símbolo de la diosa Maat). Si los platillos quedan en equilibrio, el difunto es exculpado y avanza hacia Osiris acompañado por Horus, alcanzando la inmortalidad. Si los platillos no quedan en equilibrio el difunto debe ir hacia el dovrante o la devoradora (mezcla de cocodrilo e hipopótamo).
El Libro de los Muertos
Todos estos ritos funerarios están recogidos en "El Libro de los muertos", que es el principal representante de la literatura funeraria, muy importante y extensa en Egipto.
Algunos ejemplos de esta literatura son "El Libro de la Noche", "El libro de las cavernas", etc., pero sin duda el Libro de los muertos es el más importante. De él se hicieron numerosas copias, algunas de las cuales se han conservado hasta nuestros días.
Se trata de un compendio de textos y fórmulas mágicas mediante las cuales los muertos pueden pasar sin dificultades el camino hasta el más allá. En él estaban descritos todos los ritos que debían hacerse cuando moría una persona. Muchas de las partes se conocían ya en el Imperio Antiguo, pero no estuvo totalmente configurado hasta el Imperio Nuevo.
Uno de los capítulos más importantes es aquél en el que se recogen los pecados que debe evitar el hombre para que la balanza no se desequilibre en el juicio de los muertos. Tiene un carácter muy pragmático. Muchos fragmentos del libro eran escritos en las vendas con las que se envolvían los cadáveres y en los sarcófagos para que el muerto tuviera más facilidades en su camino al más allá.
Dios | Descripción |
Representaciones
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Ra | Es el sol en todo su esplendor. A veces se le relaciona con otros dioses importantes, como Horus o Amón. |
El disco solar o una figura humana con un disco solar encima de la cabeza
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Amón | Dios de Tebas. Muchas veces se identifica con Ra, y entonces se le da el nombre de Amón-Ra. Es considerado el creador del mundo y el dispensador de la vida | |
Osiris | En torno a él hay una leyenda que explica la aparición de otros dioses. Es el primogénito de Geb y Nut y es el dios de la luz. Sale por la mañana, brilla durante el día y por la noche es asesinado por Seth (porque por ser el primogénito iba a heredar la tierra). Isis, su mujer, va a recorrer la tierra llorandorellas. Al amanecer sale Horus venerando la muerte de su padre de manera que consigue que vuelva a la vida, pero a partir de ahí no reinará en la tierra sino sobre los muertos, y va a reinar en la tierra de occidente, que está personalizada en la figura de la bella Amentet. |
Se le va a representar vendado, los brazos cruzados sobre el pecho con los dos atributos del faraón y una corona muy alta o gorro cónico flanqueado por dos altas plumas. Tiene barba puntiaguda y la cara de color verdoso (relación con el limo?)
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Anubis | Dios de la momificación de los muertos y conductor de las almas |
Un hombre con cabeza de chacal o un chacal
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Horus | El sol naciente |
Un halcón o un hombre con cabeza de halcón y a veces lleva sobre la cabeza el disco solar
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Khopri | Dios también asimilado a Ra. Símbolo de la resurrección, es el que empuja al sol por encima del horizonte para que vuelva a brillar. |
Un escarabajo o como un hombre con cabeza de escarabajo, a veces puede llevar el disco solar o una especie de bola (como las que hacen los escarabajos)
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Seth | Dios de las tinieblas |
Un hombre vestido de guerrero. En el rostro tiene una especie de hocico curvo que sobresale de forma convexa y unas orejas largas y puntiagudas que sobresalen hacia arriba
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Thot | Dios de la ciencia, es el creador de la escritura jeroglífica y del calendario, es el que puso orden del tiempo |
Un hombre con cabeza de ibis
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Hathor | Diosa de los placeres, es la diosa del amor, una de las más veneradas. Es la mujer de Horus |
Una mujer con cabeza de vaca con cuernos liriformes y un disco solar por encima de la cabeza o una vaca con los cuernos liriformes y el disco solar en la boca
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Isis | Es la mujer de Osiris |
Mujer con una silla en la cabeza (la silla es el jeroglífico que representa su nombre)
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Maat | Diosa de la justicia |
Mujer con una pluma de avestruz sobre la cabeza (la pluma es su jeroglífico)
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Neftis | Ayudante de Isis y Osiris en el juicio final. Es la esposa de Seth |
Mujer con cabeza de gato o un gato
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Selkis | Es la diosa castigadora de los crímenes. Está relacionada con el mundo del más allá. |
Mujer con un escorpión sobre la cabeza, con cabeza de escorpión o simplemente un escorpión
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La religión egipcia permanecerá durante la época romana hasta el Edicto de Teodosio de finales del siglo IV d.C. Estos dioses vienen complementados con la creencia en la vida de ultratumba, que explica el culto de los muertos, que se da en toda la sociedad. Esta costumbre data de época prehistórica y afirma que después de la muerte el hombre permanece. Así, además del cuerpo (elemento material) hay otro elemento espiritual, el Ba, que se representa bajo el aspecto de un pájaro con cabeza humana y está representado en el interior de las tumbas, a veces volando y a veces quieto.
El Ba es el principio, el soplo vital del hombre, su energía. Sale del cuerpo al morir, vuela al cielo hasta el doble del cuerpo del que se ha separado, el Ka, el soporte vital. El Ba no muere nunca, no se descompone y necesita para ser feliz en el más allá rodearse de todo lo que ha tenido en vida (representaciones de la vida mortal y objetos encontrados en las tumbas).
La momificación
Todo lo anterior nos lleva a la momificación. El desierto puede asegurar al hombre la momificación porque seca el cuerpo evitando su descomposición, pero según avanza el tiempo los cuerpos se empiezan a momificar para conseguir una mejor conservación y esta momificación lleva a una serie de ritos muy complejos.
La momificación se convierte en todo un arte que se realiza en las "casas de la muerte" a las que llevan los muertos. Se necesitan una serie de ungüentos que a veces se encontraban en Egipto, pero otras veces no, por lo que eran muy costosos. Las técnicas se van perfeccionando según se va desarrollando el comercio y están plenamente conseguidas en el Imperio Medio y Nuevo.
Evidentemente esto dependía mucho de distintos factores (principalmente del económico) y podía ser de muy distintas formas. Por ejemplo, varían el tipo de ungüentos y perfumes utilizados para purificar el cadáver, la manera de extraer los órganos e incluso la manera de fajado y de enterramiento, ya que las familias más pobres sólo se podían permitir envolver el cadáver con un lienzo y enterrarlo tal cual en un hueco en la tierra. Sin embargo hay una serie de ritos, como el macerado del cuerpo durante 70 días en natón, que no varían.
Otros ritos funeraios
Otro rito funerario muy importante en el Antiguo Egipto era el traslado por el Nilo del cadáver a la ciudad de los muertos. Este traslado conlleva una serie de ritos, entre los que se encuentra una procesión en la que aparecen los familiares del muerto, sacerdotes, etc. que se representa en muchas ocasiones.
Otro rito muy importante que también es muy representado es el de la apertura de la boca, que se realiza cuando ya se ha llegado a la ciudad de los muertos y que consiste en devolver al muerto los sentidos que ha tenido en vida (gusto, olfato, vista, tacto y oído). Esto se hace mediante una ceremonia en la que un sacerdote con una careta de Anubis se dirige con distintos instrumentos a los ojos, la boca, etc de la momia. Este rito también se hace en algunas ocasiones a estatuas, para darles vida.
Después de esto, se entierra al difunto, se celebra el banquete y luego tiene lugar el juicio de los muertos.
El Juicio de los muertos
En este juicio se pesan las obras de un hombre para saber si es digno de ir al reino de Anubis. El muerto tiene que declarar, siempre con un sentido negativo (no maté, no robé…), y su declaración será puesta por escrito, así como el resultado del peso del alma, por el Dios de la sabiduría, Thot. El que fiscaliza todo es Anubis.
Este juicio tiene una importancia muy grande ya que es algo inédito en las culturas de la Antigüedad y no volverá a darse nada parecido hasta el cristianismo, que recogerá mucha de la simbología que utilizaban los egipcios.
El juicio de los muertos se representa siempre de la misma manera: está presidido por Osiris, que está sentado bajo un baldaquino y está asistido por Isis y Neftis. Los tres dioses están rodeados por 42 asesores, los dioses de los distintos nomos. En uno de los lados aparece el difunto conducido de la mano por Anubis, "el conductor de almas". Llegan al centro de la escena donde hay una balanza; en un platillo se encuentra el corazón del difunto y en el otro una pluma (símbolo de la diosa Maat). Si los platillos quedan en equilibrio, el difunto es exculpado y avanza hacia Osiris acompañado por Horus, alcanzando la inmortalidad. Si los platillos no quedan en equilibrio el difunto debe ir hacia el dovrante o la devoradora (mezcla de cocodrilo e hipopótamo).
El Libro de los Muertos
Todos estos ritos funerarios están recogidos en "El Libro de los muertos", que es el principal representante de la literatura funeraria, muy importante y extensa en Egipto.
Algunos ejemplos de esta literatura son "El Libro de la Noche", "El libro de las cavernas", etc., pero sin duda el Libro de los muertos es el más importante. De él se hicieron numerosas copias, algunas de las cuales se han conservado hasta nuestros días.
Se trata de un compendio de textos y fórmulas mágicas mediante las cuales los muertos pueden pasar sin dificultades el camino hasta el más allá. En él estaban descritos todos los ritos que debían hacerse cuando moría una persona. Muchas de las partes se conocían ya en el Imperio Antiguo, pero no estuvo totalmente configurado hasta el Imperio Nuevo.
Uno de los capítulos más importantes es aquél en el que se recogen los pecados que debe evitar el hombre para que la balanza no se desequilibre en el juicio de los muertos. Tiene un carácter muy pragmático. Muchos fragmentos del libro eran escritos en las vendas con las que se envolvían los cadáveres y en los sarcófagos para que el muerto tuviera más facilidades en su camino al más allá.
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