En su Edad Antigua nuestra Humanidad estaba en contacto con el Planeta y con las estrellas. Pruebas de ello las hay en los documentos históricos de civilizaciones que han habitado la Tierra como sumerios, egipcios o griegos.
Los egipcios veneraban al dios Osiris como Juez de los Muertos y equiparaban su forma estrella o sahu con la constelación de Orión. Algunos fragmentos de los Textos de las Pirámides afirman que el alma del Faraón se convertiría en una estrella de Orión:
"En tu nombre de Habitante de Orión, con una temporada en el cielo y una temporada en la tierra"
(Textos de las Pirámides 187).
"¡Oh rey, tú eres la gran estrella, el compañero de Orión, que recorres el cielo con Orión, que navegas en el Duat [mundo inferior] con Osiris; tú asciendes desde el este del cielo siendo renovado en tu debido tiempo y rejuvenecido en tu debido momento. El cielo te ha llevado junto a Orión"
(Textos de las Pirámides 882-3).
En el libro de la Biblia, Orión es mencionada al menos tres veces, dos de ellas en el Libro de Job.
"Él ha creado la Osa y Orión, las Pléyades y la constelación del Sur", Job 9:9.
"¿Anudas tú los lazos de las Pléyades o desatas las cuerdas de Orión?", Job 38:31.
Y también en el Libro de Amós 5:8.
Especialmente en la Edad Moderna, a través de la creación tecnológica la Humanidad se ha permitido ver grandes detalles del firmamento. Así, con el telescopio espacial Hubble, Ojo Astronómico de la Humanidad, sus creadores han obtenido maravillosas escenas como la Nebulosa de Orión o la Nebulosa de la Cabeza de Caballo.
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En la mitología griega se asocia a Orión con El Cazador. En el libro Hamlet's Mill, un ensayo sobre la precesión de los equinoccios de la Tierra o movimiento de bamboleo y su importancia en la mitología, Giorgio de Santillana y Hertha Von Dechend exponen la idea de que el rey Nimrod, decrito en la Biblia como un poderoso cazador ante el Señor, es otra manifestación del arquetipo de Orión, indicando que esta constelación era un importante elemento cultural en la mitología mesopotámica, igual que lo era en la egipcia y en la griega. También exploraban la antigua idea, que se puede encontrar expresada claramente en los Comentarios sobre el Sueño de Escipión, de Macrobio, de que, entre una vida y la siguiente, las almas de los hombres viven en la Vía Láctea, y de que las puertas a través de las que pasan de un lado al otro de la vida estaban en los dos puntos del cielo donde la eclíptica se cruza con la Vía Láctea. Una de esas puertas se encuentra en la constelación de Géminis (arriba a la izquierda del Orión) y la otra entre Escorpio y Sagitario.
La siguiente ilustración está sacada del libro "la Profecía de Orión. El regreso de Jesús de Nazaret", de Adrian Gilbert. En la imagen se reproduce una escena en la que "el Mensajero" recibe un rayo desde "el Portal" de Géminis mientras San Juan escribe el Libro de la Revelación. (Has de pasar el puntero del ratón por encima de la imagen para ver la identificación de las estrellas que aparecen en la escena, y durante la noches de enero puedes ver tales estrellas alrededor de la medianoche en todo lo alto del cielo).
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martes, 15 de diciembre de 2015
ORION EN LA HISTORIA HUMANA
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