El arte de un pueblo es la afirmación de sus creencias. El arte egipcio es
rico y variado; aparece tanto en los grandes templos y pirámides como en
delicados adornos y amuletos. Las tumbas fueron precisamente los lugares donde
los arquitectos y escultores lograron sus más grandiosas realizaciones. Al
principio se enterraba en túmulos, pero, con las primeras dinastías, se
empezaron a construir mastabas, tumbas con forma de tronco de pirámides
colocadas cerca de las viviendas. Ellas ofrecían mayor resistencia al fuerte
viento del desierto. Con el tiempo, algunas mastabas llegaron a tener hasta
treinta cámaras funerarias.
A las mastabas sucedieron las pirámides de escalones, edificios
resultantes de superponer varias mastabas. Las pirámides son ya el último y más
perfeccionado grado de los grandes monumentos funerarios. Su construcción se
extendió a lo largo de unos cuatrocientos años. Cada faraón construía su morada
para después de la muerte; las dimensiones de la pirámide variaban según la
duración de su reinado.
En el Imperio Medio, cuando los faraones eran glorificados como dioses,
las tumbas se construyeron en forma de templos de muertos; suelen estar al lado
de templos a los dioses.En conjunto de templos de Karnak y Luxor fue la más alta
manifestación de una arquitectura grandiosa basada en la columna redonda y el
arquitrabe. Numerosas estatuas adornan, tanto los pasillos de acceso como el
interior.El material de construcción de los templos era siempre de piedra,
considerada como material noble, mientras que el adobe se usaba habitualmente
para la construcción de viviendas.
La pintura egipcia conoció muchos colores obtenidos del hierro, la
malaquita, el yeso, el carbón, etc. Cuando se quería decorar un edificio, se
recubría la piedra con yeso y sobre él se practicaba la pintura, que después se
bañaba en una solución de cera para su conservación.
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