Procedentes de Siria y Palestina, los hicsos ocuparon
el delta del Nilo y hacia 1644 a.C. se hicieron con el poder en Egipto. Su
dominio duró algo más de cien años, hasta que los expulsaron los reyes de
Tebas.
Durante algo más de cien años, Egipto estuvo dominado por
reyes asiáticos, hasta que los gobernantes de Tebas, en el sur del país,
lideraron la reconquista del territorio y lograron expulsar a los extranjeros.
«He reconstruido lo que estaba desmembrado desde el primer momento, cuando los
asiáticos estaban en Ávaris, en la tierra del Norte, y en hordas errantes
derribaban lo que estaba hecho». De este modo se refería Hatshepsut, la gran
reina de la dinastía XVIII, a una época que los más ancianos aún habían vivido
en su infancia, un período de casi un siglo de duración en el que Egipto estuvo
gobernado por primera vez en su historia por una dinastía de origen extranjero:
los hicsos. Los historiadores de la Antigüedad presentaban a los hicsos como
invasores. Esta tesis tiene su origen en la obra del sacerdote egipcio Manetón,
que redactó su Historia de Egipto en el siglo III a.C. Según su
conocimiento de la historia del Mediterráneo, cuando en un país el poder pasaba
a manos de elementos extranjeros ello se debía a una invasión; así había
sucedido con los asirios, los persas o los babilonios, y Manetón creía que los
«reyes pastores» (otra traducción del término «hicso») habían tomado el poder
por la fuerza: «La decimoquinta dinastía fue de reyes pastores. Éstos fueron
seis reyes extranjeros de Fenicia que tomaron Menfis». En el siglo I d.C., el
historiador judío Flavio Josefo, citando a Manetón, también narra la llegada de
los hicsos como una invasión: «La cólera divina se dejó sentir sobre nosotros y,
de improviso, desde el Oriente, un pueblo de raza desconocida tuvo la audacia de
invadir nuestro país, y, sin dificultad ni combate, se apoderó de él por la
fuerza». En realidad, los hicsos penetraron en Egipto de forma gradual y
pacífica. La palabra hicso es una malformación de las palabras egipcias heqa
jasut, que significan «jefe de un país extranjero». Este término se
empleaba, ya desde el Imperio Medio, para designar a los jefes de las tribus
semitasde Palestina y Siria que, en tiempos de la dinastía XII (2040-1786 a.C.),
entraron en Egipto al frente de tropas de mercenarios y también como mano de
obra con sus familias y se instalaron en el delta del Nilo; así lo refleja una
escena de la tumba del nomarca (gobernador) Knumhotep en Beni Hassan, que
muestra una caravana de asiáticos con sus vestimentas típicas y sus enseres. Con
el paso del tiempo, los contingentes asiáticos llegaron a ser muy numerosos en
la zona del Delta, y algunos de sus miembros alcanzaron posiciones dominantes en
la sociedad. Muchos de ellos eran funcionarios y gobernantes de diferentes
ciudades, por lo que tenían acceso directo al gobierno de la zona. Tanto es así
que algunos incluso se atrevieron a inscribir su nombre en cartuchos, privilegio
reservado a los faraones. Dada la preeminencia que los hicsos habían alcanzado
en aquella región, no es de extrañar que aprovechasen la situación para hacerse
con el poder durante el Segundo Período Intermedio (1780-1550 a.C.), cuando
Egipto empezó a fragmentarse y surgieron dos dinastías en el Delta, la XIII y la
XIV.
Al parecer, los asiáticos no encontraron mucha
resistencia. El gobierno de los hicsos se prolongó algo más de un siglo, si
seguimos la cronología del Canon Real de Turín, un texto de quinientos
años posterior que contiene la lista de los reyes de Egipto. Aunque durante
mucho tiempo se ha querido ver en el gobierno de los hicsos una época oscura, la
arqueología nos muestra que nada está más lejos de la realidad. Los gobernantes
asiáticos introdujeron en Egitpo algunos de los elementos que modelaron la vida
cotidiana del país del Nilo durante los años siguientes. Tal fue el caso del
carro de combate y del caballo. El armamento egipcio también se vio enriquecido
con la incorporación en ese período de la espada curva o jepesh y de un
nuevo tipo de arco, el arco compuesto, que gracias a su mayor tensión podía
disparar flechas a una distancia superior.
Fuente:
historianationalgeographic
No hay comentarios:
Publicar un comentario