Egipto faraonico
LUXOR.
Pequeña ciudad situada en el emplazamiento de la antigua
Tebas, ofrece los más ricos tesoros del Alto Egipto. Su templo a Karnak, está
dedicado al dios sol Amon Ra. Es aquí en donde se encuentran las ruinas de la
grandiosa sala hipóstola con sus 134 columnas de granito rosa, algunas con 23 m
de altura. Antiguamente, el camino de Karnak a Luxor, de unos 2km de largo,
estaba construido por una avenida bordeada de esfinges con cabezas de carnero.
Algunas sobreviven. Aquí se podrá visitar el templo dedicado a Amón, levantado
por los faraones Amenothep III y Ramsés II, que se puede considerar el Partenón
de la arquitectura egipcia por su perfecto clasicismo.
Lo que la mayoría de los
visitantes conocen actualmente como Luxor, es un área separada en tres partes:
la cuidad misma de Luxor, la Villa de Karnak a un par de kilómetros hacia el
noreste y los monumentos de la necrópolis de la antigua Tebas en el banco
occidental del Nilo. A lo largo del Río, el que por alguna razón parece ser más
majestuoso en este lugar, las hileras de las estacionadas “feluccas” y barcazas
antiguas comparten el banco este y sus costeras con hoteles flotantes de cadenas
hoteleras, algunas de renombre mundial. Detrás de la fachada presentada al
turista, se encuentran calles abigarradas, con viviendas hechas de adobe y
llenas de gente, casi todas amigables. Luxor es, en definitiva, uno de los
puntos inolvidables de la visita a Egipto.
TEBAS, LA CIUDAD DE LOS MUERTOS
Célebre en el mundo
por las sepulturas de los grandes faraones, también guarda tumbas de sacerdotes,
reinas, funcionarios y grandes dignatarios, adornadas con frescos que se
conservan admirablemente. En el Valle de los Reyes se visita normalmente la
Tumba de Tutankhamon, Deir el-Bahri y el templo de la Reina Hatshepsut. Este
templo, adosado al acantilado, posee diversas terrazas escalonadas en una de las
cuales se narra con pinturas y bajorrelieves, el nacimiento de esta Reina.
Dentro del área se visita, además del Valle de los Nobles y el Valle de las
Reinas, el Templo de Medinet Abu y los colosos de Memnon, antes de regresar a
Luxor mismo.
EL TEMPLO A DENDERAH.
Hathor fue la diosa del placer y
del amor; normalmente se le representaba como a una vaca o como mujer con cara
de vaca y sobre su peinado llevaba colocado un disco solar, entre dos cuernos.
Ella era la diosa beneficiaria del amor maternal y familiar, de la belleza y de
la luz. Los griegos la asociaron con Afrodita. El templo amerita una visita
especial porque y si aunque todo indica el declive de un estilo puro de arte
egipcio, se conserva maravillosamente y será una visita para ser atesorada:
completo, con un techo masivo de piedra, cámaras obscuras, pasajes subterráneos
y columnas muy altas inscritas con jeroglíficos, el Templo principal de Hathor
está casi intacto, mientras que la necrópolis de Denderah incluye tumbas de
dinastías tempranas y evidencia de que Chepos y otros faraones más tardíos
construyeron el complejo del templo en la forma que ahora se conserva. Aunque
destruido por los ptolomeos y los romanos, su muy peculiar diseño sugiere se
construyó en el sitio de un templo antiguo, reproduciendo el carácter y
mitología del templo original. Hathor fue también la nodriza de Horus, antes de
convertirse en su compañera y representa a Ihy, el aspecto juvenil de los dioses
creadores. Denderah fue un sitio de ritual, en donde Hathor dio nacimiento a
Horus y este templo se levanta, al filo del desierto, como esperando su
regreso.
ABU SIMBEL.
El Templo Mayor es uno que Ramsés II, faraón de Egipto,
construyó en Nubia y uno de los más completos en cuanto a construcción y de más
bella arquitectura. Es el más grande, dedicado al culto del Dios del Sol,
Ra-Horasty y, como guardianes se ven cuatro colosos gigante es de Ramsés de una
altura de 20 metros cada uno. El templo presenta otras figuras, todas celebrando
la salida del sol, entre ellos monos babuinos, la familia del faraón que incluye
a su madre y a su esposa. Nefertary, hijos, hijas... Adentro y al fondo, con el
sancta santorum, existen cuatro estatuas de dioses y de Ramsés mismo y hasta
aquí llegan los rayos del sol por la mañana, en días determinados del año: el 21
de Febrero y el 22 de octubre, día de su nacimiento y día de su coronación,
respectivamente.
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