La arquitectura, el arte más destacado
Los arquitectos egipcios inventaron la bóveda, la columna y la
bovedilla recta usando materiales como la caliza, el asperón (arenisca
arcillosa) y el granito rosado o azul de las montañas, dejando el
ladrillo para las murallas y las casas. La habilidad empleada en la
construcción de sus obras y la sequedad del ambiente permitieron que
estas permanecieran casi intactas durante siglos.
Sus trabajos arquitectónicos fueron, principalmente, tumbas y
templos. Dentro de las primeras se destacan las pirámides, como la de
Keops, Kefrén y Micerinos. Los templos resaltan por sus tamaños y firme
estructura. Algunos fueron construidos al aire libre y otros elaborados
en las mismas rocas, es decir, subterráneos. Los más famosos son los de
Karnak y Luxor, en donde se encontraba Tebas y, como ejemplo de templo
subterráneo, el de Ipsambul.
Un templo era la propiedad y casa de un dios simultáneamente. Estaba
rodeado por un largo cerco de ladrillos y contenía a una población
entera encargada de su servicio. Tenía habitaciones para sacerdotes y
servidores, talleres, edificios de servicio y parques para los animales
de sacrificio.
El templo propiamente tal estaba ubicado en el centro del perímetro,
al interior de una segunda línea de murallas y se accedía a él por una
avenida enlosada, en cuyos lados se instalaban hileras de esfinges
(monstruo fabuloso con cabeza humana y cuerpo y patas de león).
Artes complementarias
La escultura y la pintura fueron desarrolladas a disposición de la arquitectura en el antiguo Egipto.
Las estatuas adornaban las fachadas o se instalaban dentro de los
templos y tumbas. Sus figuras eran rígidas debido a que la piedra que se
usaba para esculpirlas era dura, además de que los escultores se
servían solo de herramientas de cobre para su trabajo.
Las estatuas egipcias pueden ser clasificadas en colosos, con medidas
que podían alcanzar los 20 metros de alto, como la Esfinge, localizada
frente a la Gran Pirámide; en estatuas decorativas, que representan a
reyes o dioses en posiciones sagradas y con sus atributos, y las
estatuas funerarias, que consistían en retratos de los muertos.
También usaron los bajorrelieves, que muestran escenas de la vida de
los dioses o de los reyes y que se pueden encontrar en los muros y
columnas de los templos.
La pintura egipcia ha dejado valiosa información sobre la vida
cotidiana de sus habitantes, al representar sucesos en la existencia del
difunto en los muros de las tumbas, aunque también pintaron escenas
mitológicas sobre sus paredes. Los artistas no esbozaban más que los
contornos que, luego, ilustraban con colores planos y comunes.
Posteriormente, dominaron la técnica del dibujo y la proporción.
Escritura emblemática
Al parecer, el origen de la escritura egipcia también fue como una decoración accesoria de la arquitectura.
Los primeros signos fueron emblemas grabados que significaban un objeto o idea y que, con el tiempo, se transformaron en palabras, sílabas y letras. De esta manera surgieron las expresiones escritas, llamadas jeroglíficos o caracteres sagrados, usados para las inscripciones de los monumentos.
A pesar de usar unos 700 signos diferentes, el uso cotidiano los redujo a una menor cantidad abreviándolos (escritura hierática), situación que se repitió más tarde al crearse la escritura demótica, que era una forma más rápida y sencilla de la escritura hierática.
Los primeros signos fueron emblemas grabados que significaban un objeto o idea y que, con el tiempo, se transformaron en palabras, sílabas y letras. De esta manera surgieron las expresiones escritas, llamadas jeroglíficos o caracteres sagrados, usados para las inscripciones de los monumentos.
A pesar de usar unos 700 signos diferentes, el uso cotidiano los redujo a una menor cantidad abreviándolos (escritura hierática), situación que se repitió más tarde al crearse la escritura demótica, que era una forma más rápida y sencilla de la escritura hierática.
Joyas
Los egipcios consideraban a las joyas como su gran lujo, lo que
quedaba reflejado en la fina hechura de sus formas. Ejemplos de estos
trabajos fueron los pectorales (que cubrían el pecho), y los collares,
verdareros adornos de piedras y metales preciosos.
También el abundante uso de perfumes requirió de varios accesorios,
como cucharas, vasos, envases, que eran verdaderas obras artísticas.
En su creación, los orfebres se inspiraban en lo que la naturaleza
ofrecía como modelo: plantas, animales y hasta partes del cuerpo humano.
Muchas figuras adoptaron las formas del loto y del escarabajo, algunos
de los motivos preferidos de los artistas egipcios.
El material favorito para producir sus gemas era el oro, el cual se
obtenía de las minas que explotaban entre el Nilo y la costa del mar
Rojo. Sin embargo, también usaban otras piedras semipreciosas
provenientes del desierto, como la cornalina, de color anaranjado; el
feldespato, verde, y la amatista, de tonos violeta.
Canto y baile
Por los testimonios gráficos y escritos que nos dejaron los egipcios,
se deduce que ellos disfrutaban mucho de la diversión y entretenimiento
que produce la música.
Existen escenas de fiestas en las murallas de las tumbas, además de
los cánticos que se han encontrado escritos en los papiros y de los
instrumentos preservados hasta hoy.
Celebraban grandes festivales públicos, en los que participaban miles
de personas con cantos y melodías de flautas, arpas y castañuelas.
Sin embargo, también se tocaba música en actividades corrientes, como
en el caso de los que pisaban la uva durante la vendimia, los cuales
eran acompañados por el sonido que hacían otros hombres cuando golpeaban
rítmicamente dos palitos, o como los campesinos que les cantaban a sus
bueyes mientras trillaban el trigo con sus pezuñas.
De acuerdo con algunos estudios, en los banquetes participaba una
pequeña orquesta, con secciones de viento y percusión y que las armonías
que ahí se tocaban eran, probablemente, muy acompasadas.
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