miércoles, 4 de diciembre de 2013

EL IMPERIO EGIPCIO

El Imperio egipcio se desarrolló a las orillas del río Nilo a lo largo de casi tres mil años. En tan prolongado periodo de tiempo los egipcios crearon una brillante civilización, cuyas características básicas se mantuvieron con escasos cambios a lo largo de los siglos.

El «don del Nilo»

El territorio que ocupó el Egipto antiguo está situado en torno al río Nilo. Durante la mayor parte de su recorrido el río discurre por un estrecho valle al que los egipcios llamaban Alto Egipto. Poco antes de su desembocadura, el Nilo se abre en un ancho delta, el Bajo Egipto.
La influencia del Nilo en la civilización egipcia fue decisiva. La necesidad de regular el curso del río y sus crecidas anuales (de junio a septiembre) obligó a los egipcios a construir canalizaciones, a organizar los trabajos del ciclo agrícola mediante un poder político centralizado y a estudiar el curso de los astros para prevenir los cambios estacionales.
Además de ser la fuente de la vida en medio de un territorio desértico, el Nilo sirvió durante miles de años como vía de comercio y comunicación. Todo ello llevó al historiador griego Herodoto a calificar a Egipto como un «don del Nilo».

Tres mil años de historia

Hacia el año 3100 a. C. el rey Narmer (llamado Menes por los griegos) unificó los reinos del Alto y el Bajo Egipto, por lo que se le considera el primer faraón. A partir de entonces se distinguen tres grandes etapas en la historia egipcia:
  • El Imperio Antiguo (2800-2200 a. C.), en el que destacan los faraones KeopsKefrén y Micerinos, los constructores de las grandes pirámides de Gizeh.
  • El Imperio Medio (2000-1780 a. C.), en el que los faraones conquistaron tierras en Nubia, al Sur de Egipto, tras la invasión de los hicsos (1650 a. C.).
  • El Imperio Nuevo (1570-1065 a. C.), en el que destacaron los faraones Tutmosis III y Ramsés II, que extendieron el Imperio egipcio en Oriente (Palestina, Siria).
En los últimos siglos de su historia, Egipto fue dominado varias veces por pueblos extranjeros, como los persas y los griegos, hasta su conquista por los romanos en el año 31 a. C.
Copia realizada por Weindenbach de la piedra Rosetta. A principios del siglo XIX se encontró enterrada una piedra de basalto negro con inscripciones en tres alfabetos distintos: el jeroglífico, el demótico y el griego. Champollion, un estudioso francés, encontró la clave para descifrar las inscripciones egipcias.

La pirámide social

El faraón concentraba en sus manos todo el poder. Los egipcios le consideraban un dios y no podían mirarle ni tocar su cuerpo.
En torno al faraón estaba la clase privilegiada, formada por:
  • Los nobles, que poseían parte de las tierras y ocupaban los cargos más importantes, como los de visir o primer ministro.
  • Los escribas, funcionarios que sabían leer, escribir y contar y que, por ello, administraban los dominios del faraón.
  • Los sacerdotes, dedicados a los ritos religiosos.
El resto de la población, la gran mayoría, eran campesinos, que cultivaban las tierras del faraón y de los templos, a los que debían entregar parte de la cosecha, y artesanos. También había esclavos, pertenecientes en su mayor parte al faraón, que los utilizaba en la construcción de los grandes monumentos, en el trabajo de las minas y en el ejército.

Cultura egipcia

Los antiguos egipcios nos legaron extraordinarias obras arquitectónicas y artísticas, así como notables textos literarios. Además de grandes templos, como los de Karnak y Luxor, construyeron diversos tipos de tumbas monumentales, entre las que destacan los hipogeos (tumbas excavadas en la roca) y las pirámides.
La religión egipcia se basaba en la creencia en una vida posterior a la muerte, lo que explica la costumbre de momificar los cadáveres para preservarlos de la corrupción. Los egipcios eran politeístas y cada dios tenía sus propios templos y sacerdotes.
La primera forma de escritura se basaba en jeroglíficos, signos que expresaban objetos y que se utilizaban sobre todo en inscripciones sagradas. Posteriormente, los egipcios desarrollaron un sistema ideográfico, en el que cada símbolo podía expresar distintas cosas. Estos signos llegaron a formar un alfabeto de 24-28 letras, que con el tiempo fueron estilizándose en lo que se conoce como escritura demótica.

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