¿Qué
le pasó a Egipto? ¿Por qué cayó, después de milenios de esplendor? Como
en todas las caídas de todas las civilizaciones, la respuesta está en
la biología en general y la genética en particular.
En
el 1296 AEC, los egipcios conquistaron Nubia (Sur, habitantes
negroides), construyendo una serie de fuertes para proteger las
fronteras y controlar insurrecciones. En un momento dado, estaba
prohibido que cualquier Nubio cruzase la frontera y entrase en Egipto. Con
el tiempo, y como es obvio en el arte egipcio, se importaron esclavos
negros. Como siempre, una baja natalidad entre la nobleza egipcia, una
alta natalidad entre los esclavos negros y semitas, y el mestizaje
producido por la relajación de la mentalidad guerrera, aristocrática y
dominante, fue la maldición de Egipto. Finalmente, en 200 años, Egipto
pasó de ser una gran civilización a desaparecer del mapa de las naciones
civilizadas, a merced de potencias extranjeras más fuertes.
Hasta
1050, todos los faraones habían sido predominantemente blancos o
nórdicos. Con el advenimiento de la XXV Dinastía y de los "faraones
negros", que tuvieron un breve y decadente reinado de 75 años, durante
los cuales construyeron raquíticas pirámides de 20 metros de altura (la
gran pirámide de Kheops, procedente de los buenos tiempos de los
auténticos faraones, medía 146 metros), el sustrato genético y biológico
originario que había creado, desde la nada, al espíritu egipcio, fue
ahogado para siempre en la densa espesura de la sangre oscura.
En
343 AEC, el último rey nativo fue depuesto por los persas. En adelante,
la confusa y desarraigada masa "egipcia" pasó, cual posesión, a manos
persas, luego greco-macedonias (aquí experimentaron un nuevo auge,
expresado en la irrupción de sangre helénica, la ciudad de Alejandría y
la época de Cleopatra, una macedonia rubia), luego romanas, árabes,
turcas, inglesas y, finalmente, a la tutela americana bajo Mubarak,
hasta que éste fue depuesto por las rebeliones de enero de 2011. El
futuro del país es incierto.
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