En Menfis, que fue la capital del Imperio Antiguo de Egipto, se realizaba la ceremonia de la coronación de los faraones, y comenzaba ascendiendo al heredero al rango de dios entregándole las insignias del cayado (Heka) y el látigo (Nejej), atributos del poder.
Posteriormente, tocado primero con la corona blanca del Alto Egipto, después con la roja del Bajo Egipto y finalmente con la doble corona, se sentaba en el trono hecho con papiros (símbolo del norte) y lotos (símbolo del sur).
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