martes, 7 de febrero de 2012

Pinturas egipcias

La pintura egipcia no tiene preocupación por el arte o la técnica sino que se trata de una escritura, un conjunto de mensajes destinados a conseguir el favor de los dioses, la vida de ultratumba, la salvación eterna....
A nivel técnico, lo primero que nos llama la atención son los convencionalismos de la pintura egipcia, se puede ver que la cara va de perfil pero el ojo de frente, los hombros de frente y las caderas de ¾, los pies de perfil y, lo más chocante, dos manos y dos pies del mismo lado, es decir, dos manos derechas o dos manos izquierdas. Esto es así porque los egipcios conseguían de esta manera reflejar toda la esencia principal del personaje como si se le viese simultáneamente desde varios puntos de vista.

El método para realizar los dibujos, se basaba en la ejecución de líneas guía o cuadrículas, representando la figura humana, según su regla de proporción, en la cual ésta ocupaba dieciocho cuadrículas si estaba de pie, y catorce si estaba sentada, sin contar la peluca o adornos de la cabeza. Durante la dinastía saíta, la proporción cambió, ocupando la figura humana veinticuatro cuadrículas y un cuarto.

La aplicación de la pintura se realizaba pintando los contornos en ocre rojo, y coloreando el fondo en amarillento o blanco. A continuación se recubría la superficie de los personajes con colores vivos, aunque planos, sin mezcla, ni sombras. Los colores utilizados en pintura eran los siguientes:

Azul, representado por el Nilo, se usaba para el cielo, el agua y la noche.

Verde, símbolo de la fecundidad y la vegetación, color con que se representaba al dios Osiris, y era utilizado para representar la naturaleza y motivos vegetales.

Blanco, usado como fondo para los dibujos, para colorear la ropa, la corona blanca, y para representar el pan.

Rojo, representado por el dios Set, se usaba para la corona roja, la piel masculina, la cerámica, la madera, y para el desierto.

Amarillo, representado por el sol, usado para el oro y la piel femenina.

Negro, color de la fertilidad, representado por el limo del Nilo. Se usaba para pintar los cabellos y los ojos.

Respecto a los principios o características principales del arte en el Antiguo Egipto, éstos estuvieron inalterados durante toda su historia. Se consideran cuatro principios básicos, aunque también se tenían en cuenta otras características secundarias:

- Representación bidimensional: las pinturas, incluso la sensación que daba el color, eran planas, en dos dimensiones, sin sombras, sin dar sensación de relieve, lo cual no restaba belleza a las obras.

- Frontalidad: las representaciones se hacían vistas de frente, aunque en el caso de la figura humana, la cabeza, pies, manos y senos se representaban de perfil, el ombligo de tres cuartos, y el resto del cuerpo de frente.

- Falta de perspectiva: la única forma de suplir la falta de perspectiva, era representando las pinturas en líneas horizontales, dividiendo la escena en registros, con el fin de secuenciarla. También se utilizaba la representación de figuras en distintos tamaños, o bien para dar sensación de perspectiva, o dependiendo de la importancia del personaje. Las líneas superiores representaban el fondo, y las inferiores, los primeros planos.

- Horizontalidad: se aplicaba a todo el conjunto, pudiendo representar así la verticalidad de ciertos conjuntos decorativos.

- Además de los cuatro principios anteriores, en las pinturas no se representaba el movimiento, se trataba de imágenes estáticas.

- En el caso de figuras humanas, se pintaban idealizados, y siempre jóvenes.

Para los antiguos egipcios, lo importante era su visión de la realidad, intemporal, sin cambios, sin influencias del exterior. Por ello somos capaces de reconocer la pintura del Antiguo Egipto y sus características, entre el resto de representaciones pictográficas de cualquier época, lugar o corriente estilística.


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