NARMER (Reinado: 3050 - 3007 A.C.)
Narmer fue el primer faraón del Antiguo Egipto y fundador de la Dinastía I c. 3050 a. C.
Fue
denominado Meni en la Lista Real de Abidos y el Canon de Turín, Men o
Min por Heródoto y Menes de Tis por Manetón en sus epítomes, escritos
por Julio Africano, Eusebio de Cesarea y el monje Sincelo.
Menes
reinó 62 años según Julio Africano, o 60 años según Heródoto y Sincelo.
Aunque en la versión armenia de Eusebio de Cesarea le asignan 30 años
de reinado.
Menes era rey del Alto Egipto, posible
sucesor de Hr skr, Horus Escorpión. Conquistó el Bajo Egipto (delta del
Nilo) e instauró su capital en Ineb Hedy "Muralla blanca", la futura
Menfis. Avanzó con su ejército más allá de las fronteras de su reino
(Eusebio de Cesarea). Pereció arrollado por un hipopótamo (según Julio
Africano). El triunfo de la primera unificación del Antiguo Egipto quedó
registrado alegóricamente en la denominada Paleta de Narmer, según
Gardiner.
Menes era originario de Tinis, la
capital del Alto Egipto, y estaba casado con Neithotep, originaria de
Naqada, lo que parece indicar que este matrimonio selló la alianza entre
ambas ciudades.
Fue el primer gran faraón y
unificó los territorios egipcios, bajo su mando, según reflejan los
relieves de su Paleta y reconocieron sus sucesores. La fundación de
Menfis, a cientos de kilómetros al norte de Tinis, fue una demostración
de poder sobre el Bajo Egipto, al que, según se desprende de la Paleta,
veía como pueblo conquistado. Menfis tenía una situación ideal para
controlar todo el delta así como las importantes rutas comerciales al
Sinaí y Canaán.
Al escritor griego Heródoto a
quien se considera fundador de la historia como disciplina científica,
los sacerdotes egipcios le contaron que para construir la ciudad, Menes
ordenó desviar el cauce del Nilo, y levantar un dique de contención.
El
nombre de Narmer aparece en fragmentos de cerámica en la región del
delta, e incluso en Canaán, siendo prueba evidente del comercio entre
estas zonas. La riqueza agrícola del Delta, en minerales del Alto Egipto
y la confluencia de diversas rutas comerciales ayudaron a levantar un
gran imperio.
La tradición de dividir la
historia egipcia en treinta dinastías se inicia con Manetón, historiador
egipcio del siglo III a. C., que durante el reinado de Ptolomeo II
compuso en griego la Aigyptiaka, obra desgraciadamente perdida pero
transmitida y comentada parcialmente por Flavio Josefo, Julio Africano,
Eusebio de Cesarea y el monje Sincelo.
Además de
ordenar construir un dique, para desecar las zonas pantanosas de Menfis y
desviar el cauce de Nilo hacia un lago, y de la construcción de la
ciudad, erigió un grandioso templo a Vulcano "Ptah" (Heródoto).
Se
atribuye a Narmer la tumba B17-18, en la necrópolis de Umm el-Qaab, en
Abidos, excavada por Flinders Petrie, situada al lado de la tumba de
Aha. También es posible que fuera enterrado en Saqqara, o en la
necrópolis de Tarjan, aunque podría tratarse de cenotafios (tumbas
simbólicas).
Varios eruditos consideraban que
Narmer era el último rey del Periodo Protodinástico de Egipto, diferente
del faraón Menes, y otros lo asociaban con Aha, pero después del
descubrimiento de Dreyer (1985-95) de varias marcas de sellos
encontradas en las tumbas de Den y Qaa en Umm el-Qaab, Abidos, se puede
determinar con seguridad que es exacta la sucesión dinástica: Narmer,
Aha, Dyer, Dyet, Merytneit, Den, Adyib, Semerjet, Qaa.
ZOSER (Reinado: 2665 - 2645 A.C.)
Necherjet
- Dyeser, o Dyeser (las denominaciones más comunes son: Zoser, Djoser o
Djeser) es el segundo faraón de la tercera dinastía, y del Imperio
Antiguo de Egipto. Gobernó de ca. 2665 a 2645 a. C. (von Beckerath).
En
las inscripciones contemporáneas se le denominó Necherjet (nṯr ẖt), que
significa "Cuerpo divino". En documentos posteriores, durante la
dinastía XII, en el Imperio Nuevo, lo denominaron Dyeser (ḏsr)
«Sublime», narrando acontecimientos de su reinado, y la construcción de
la Pirámide Escalonada «Dyeser Dyeseru», confirmando que Necherjet y
Dyeser eran el mismo personaje.
Acceso al complejo
de Saqqara.En la Lista Real de Saqqara figura como Dyeser (ḏsr); en la
Lista Real de Abidos aparece como Dyeser-sa; en el Canon de Turín se
indica que Dyeser-it estuvo reinando 19 años.
Copiando
al sacerdote egipcio Manetón, Julio Africano lo llama Tosortros y
escribe que este rey gobernó durante 29 años; Eusebio de Cesarea lo
denominó Sesortos.
Como la reina Nemaathapy, la
esposa de Jasejemuy, el último rey de la segunda dinastía, aparece con
el título de "Madre del Rey", algunos autores afirman que era la madre
de Dyeser (Zoser) y que Jasejemuy sería su padre. Quizás también había
sido el hermano más joven de Sanajt (Vercoutter), o su hijo (von
Beckerath y Nicolas Grimal). Según W. Helck, Dyeser fue yerno de
Jasejemuy por su casamiento con Hetephernebti.
Tres
damas son conocidas durante su reinado: Hetephernebti, Inetkaues y una
tercera, cuyo nombre se perdió, que pudo ser Nimaethap. La primera
podría haber sido su esposa. Según W. Helck, Dyeser fue yerno de
Jasejemuy por su casamiento con Hetephernebti. La relación entre Dyeser y
su sucesor, Sejemjet Dyeser Teti, es desconocida.
Al
principio de su reinado residió en Abidos, donde se comenzó a construir
su tumba, en Bet Jalaf. Sin embargo posteriormente trasladó su
residencia al cercano Menfis, la capital del país.
Este
faraón ordenó realizar varias expediciones militares a la península del
Sinaí, durante las cuales las tribus de nómadas fueron dominadas, para
extraer los valiosos minerales de la región, como turquesa y cobre.
También era estratégicamente importante como vínculo entre Asia y el
valle de Nilo. Pudo haber fijado la frontera sur del reino en
Elefantina, junto a la primera catarata del Nilo.
Célebre
por haber encargado a su chaty, Imhotep, construir el complejo de la
pirámide escalonada de Saqqara, considerado el primer gran complejo
monumental en piedra de Egipto y del mundo.
Debido
a la magnitud de las edificaciones construidas durante su reinado,
fundamentalmente por la pirámide de Saqqara, es por lo que algunos
eruditos defienden que Dyeser debe haber gobernado al menos 29 años.
KEOPS (Reinado: 2579 - 2556 A.C.)
Jufu
(en antiguo egipcio), Jéops (en griego Χέοψ), fue el segundo faraón de
la cuarta dinastía, perteneciente al Imperio Antiguo de Egipto. Reinó
desde el año c. 2579 hasta el 2556 a. C. (von Beckerath).
En
la Lista Real de Abidos y la Lista Real de Saqqara se le denomina Jufu.
Llamado Keops por Heródoto, y Sufis por Manetón, según Julio Africano,
Eusebio de Cesarea y Sincelo. Se han encontrado cartuchos dibujados en
la Gran Pirámide de Giza con el que pudiera ser su verdadero nombre:
Jnum-Jufu "el dios Jnum me protege".
El Canon de
Turín da 23 años de reinado, aunque su nombre es ilegible. Heródoto
comentó que gobernó 50 años. Según Manetón, Sufis, reinó 63 años (Julio
Africano, en la versión de Sincelo).
Posible hijo
del faraón Seneferu y de la reina Hetepheres I. Se casó con Meretites y
Henutsen, ambas enterradas en pequeñas pirámides, junto a la Gran
Pirámide de Giza. Parece que el hijo mayor de Keops, Kauab, no vivió
para sucederle, y tras la muerte del faraón la familia se dividió en
tres linajes, del tercero de los cuales surgió Jafra (Kefrén en griego).
Le sucedieron cuatro de sus hijos: Dyedefra, Jafra (Kefrén), Dyedefhor y
Baefra, que reinaron uno tras otro a la muerte de su padre.
Parece
constatarse que durante el reinado de Jufu la monarquía alcanzó su
mayor poder, como puede apreciarse por las disposiciones adoptadas
durante su reinado, tendentes hacia la concentración total del poder en
torno al faraón. Entre dichas disposiciones destacó el reforzamiento del
cargo de chaty, nombrado personalmente por el propio faraón,
asegurándose así el control casi absoluto sobre todos los estamentos del
primer gran estado absolutista conocido.
Manetón
comentó: Sufis se ensoberbeció contra los dioses aunque, después,
compuso el Libro Sagrado, que los egipcios tienen en gran estima.
Keops fue venerado como un dios, en siglos posteriores, durante el periodo tardío de Egipto.
Dado
que todos los faraones del Imperio Antiguo seguían la misma política,
la creciente construcción de pirámides y templos funerarios terminó por
agotar los recursos del estado, debilitando a la monarquía y finalmente,
tras el reinado de Pepy II, precipitando al país en la anarquía,
quedando documentada la primera revolución social de la historia en la
narración denominada Lamentos de Ipuur.
Según
Heródoto: Keops mandó construir la Gran Pirámide de Giza, llegando
incluso a prostituir a su propia hija, para así obtener fondos con los
que construir su pirámide... en su época todos los templos estaban
cerrados al culto y Egipto se encontraba en la mayor indigencia, siendo
detestado por los egipcios.
Se data su finalización hacia el año 2570 a. C. Su nombre era El Horizonte luminoso de Jufu.
Si
Keops ordenó erigir la Gran Pirámide, no lo hizo con esclavos, como se
había pensado durante mucho tiempo, sino con trabajadores altamente
cualificados, comandados por capataces de considerables conocimientos en
geometría, estereotomía (arte de cortar la piedra), astronomía, etc.
Por ello, es probable que no haya sido la construcción de la pirámide la
causa del descrédito del reinado de Jufu, sino las medidas
administrativas y religiosas adoptadas por este rey, que influyeron muy
negativamente en la tradición egipcia posterior, empeorando con el paso
de los siglos la imagen de Jufu.
Heródoto le
adjudica la construcción de la Gran Pirámide, la calzada procesional, y
las cámaras subterráneas, para que le sirvieran de sepultura, en la
meseta de Giza. También se le adjudican los templos, pirámides de las
reinas y fosos con barcas Solares anexos.
La única
representación que existe de Keops, fue encontrada por Flinders Petrie
cerca del templo de Jentiumentiu, en Abidos, la ciudad sagrada de
Osiris. La pequeña estatuilla de marfil, de unos siete centímetros de
altura, se conserva en el Museo Egipcio de El Cairo.
No
se ha encontrado la momia del faraón y el texto de Heródoto indica que
ordenó la construcción de cámaras subterráneas, en la meseta de Giza,
para que le sirvieran de sepultura.
KEFREN (Reinado: 2547 - 2521 A.C)
Jafra
(en egipcio) o Kefrén (en griego), fue el cuarto faraón de la dinastía
IV de Egipto, reinando de c. 2547 a 2521 a. C (según Von Beckerath).
En
la Lista Real de Abidos lo titulan Jafra y en la Lista Real de Saqqara
Jaufra. El Canon Real de Turín da 20 años de reinado (datos muy
dañados). Manetón lo denomina Sufis II y asigna 66 años de gobierno.
Hijo
de Jufu y Henutsen; estaba casado con Meresanj III, hija de Kauab y
depositaria de los derechos dinásticos, con Jamerernebty I, madre de
Menkaura, y con Jamerernebty II.
Heródoto escribe
que Kefrén era hermano de Keops, reinó 56 años y que en su época todos
los templos estaban cerrados al culto y Egipto se encontraba en la mayor
indigencia, siendo detestado por los egipcios (esta narración se
contradice con la construcción de sus templos).
Según
Heródoto mandó erigír la segunda pirámide de la meseta de Giza, datada
cerca de 2520 a. C (Altura 143,5 m. Base 215,25 m. Pendiente 53º 7’
48”), de la que quedan el núcleo petreo y restos del revestimiento
original, en piedra caliza, cerca del vértice, y una hilada, de granito,
en la zona inferior. Dispone de cámara Real con sarcófago de granito
rosado, donde Giovanni Battista Belzoni encontró, en 1818, unos huesos
de vaca.
También se le adjudica el templo
funerario, el Templo del Valle, una pirámide subsidiaria a la Gran
Esfinge, cinco fosos de barcos y la calzada procesional.
Ordenó construir la tumba de Jamerernebty I en Guiza, próxima a la pirámide.
Una
espléndida estatua de Jafra sedente protegido por el dios Horus, de
diorita, fue encontrada en Giza por Auguste Mariette, en 1860; se expone
en el Museo de El Cairo.
MICERINO (Reinado: 2514 - 2486 A.C.)
Menkaura
(nombre egipcio), o Micerino (nombre castellanizado del griego
Mykerinos, escrito por Heródoto), fue un faraón perteneciente a la
dinastía IV, del Imperio Antiguo de Egipto.
Las
fechas de su reinado no se conocen con exactitud pero se estima que se
inició hacia c. 2514 a. C. y terminó hacia 2486 a. C. (von Beckerath).
Hijo de Jafra (Kefrén) y nieto de Jufu (Keops), el constructor de la
Gran Pirámide. Le sucedió su hijo Shepseskaf.
Heródoto escribió que Mykerinos era hijo de Kefrén y sobrino de Keops.
Heródoto
también cuenta que fue un rey magnánimo, abrió los templos al culto,
cerrados por Keops y Kefrén. Apenas subió al trono recibió un oráculo
donde se advertía que reinaría solo seis años, y moriría al séptimo.
Entonces Micerino ordenó colocar multitud de lámparas, que encendía por
la noche, entregándose ininterrumpidamente a los placeres. Así creyó que
burlaba al oráculo, pues los seis años resultaron ser doce, tras
convertir las noches en resplandecientes días.
Manetón,
según Julio Africano, en la versión de Sincelo, lo denomina Menkeres y
cuenta que reinó 63 años. Eusebio de Cesarea, según las versiones de
Sincelo y armenia, comentó que de este rey no ha quedado registrado
ningún hecho de importancia.
Se le atribuye erigir
la tercera pirámide de la meseta de Giza, en el complejo funerario
compuesto por las tres pirámides de las reinas, el templo funerario, el
templo del valle, y la calzada procesional que los comunica, pero
contrariamente, tanto Julio Africano, como Eusebio de Cesarea, en las
versiones de Sincelo y armenia, escribieron, copiando de Manetón, que la
tercera pirámide la construyó Nitocris, la más noble y adorable de las
mujeres de su tiempo.
Micerino es el rey de la IV
dinastía del que más estatuas se han conservado. Las más importantes son
los dos grupos que se conservan en el Museo de El Cairo, en una el rey
aparece acompañado por la diosa Hathor y una diosa provincial; también
destaca el que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Boston, en
donde el faraón está representado junto a su esposa Jamerernebty.
En
el siglo XIX se encontró un hermoso sarcófago de basalto en la cámara
funeraria de su pirámide, que iba a ser trasladado al Museo Británico de
Londres, pero el barco que lo transportaba naufragó frente a la costa
murciana de Cartagena (España), en 1837, sin que hasta la fecha haya
sido recuperado.
PEPY II (Reinado: 2254 - 2194 A.C.)
Neferkara
Pepy o Pepy II, fue el último faraón destacable de la VI dinastía y del
Imperio Antiguo de Egipto, de c. 2254 a 2194 a. C. (von Beckerath).
Denominado
Neferkara en la Lista Real de Abidos y en la Lista Real de Saqqara. El
Canon de Turín le asigna 90 años de reinado. Manetón, según Julio
Africano, comenta que Fiops comenzó a reinar a la edad de seis años y
continuó haciéndolo hasta los cien años.
Accedió
al trono siendo niño, posiblemente a los seis años de edad, y la
duración de su reinado ha sido establecida entre 70 y 94 años, por
diferentes expertos, lo cual nos sitúa ante el monarca que más tiempo ha
permanecido en el trono de toda la historia.
Durante
su largo reinando se fue deteriorando el poder central menfita y
acrecentándose el de los nomarcas, o gobernadores locales. Durante los
primeros años se realizaron expediciones a Nubia. Se conserva un papiro
que describe el interés de un faraón, todavía niño, por los pigmeos que
se traían desde el sur para ser empleados como bufones.
Al final de su vida su salud se deterioró y los nomarcas terminaron convirtiéndose en virtuales soberanos de sus provincias.
Tras
su muerte le sucedieron por un par de reyes de corto reinado y poca
relevancia histórica, tras los cuales se desintegró definitivamente lo
poco que quedaba del centralizado estado faraónico y Egipto se fraccionó
en varias comarcas independientes, que en ocasiones luchaban entre sí,
dando comienzo al Primer Periodo Intermedio de Egipto.
El
texto egipcio Las admoniciones del sabio, describe un estado de las
cosas caótico y muestra nostalgia por el pasado; ha sido situado por
algunos estudiosos durante su reinado, aunque otros afirman que se trata
en realidad de una obra del primer periodo intermedio.
La
longevidad de Pepy II es una prueba del buen nivel de vida logrado en
Egipto durante el tercer milenio antes de Jesucristo. Se ha calculado
que la vida media de los egipcios rondaría los cincuenta años, cuando en
otras partes del mundo raramente sobrepasaban la treintena; esto se
fundamenta en dataciones efectuadas de restos exhumados.
MENTUHOTEP II (Reinado: 2061-2010 A.C)
Nebhepetra
Mentuhotep, o Mentuhotep II, fue el quinto faraón de la dinastía XI de
Egipto; gobernó unos cincuenta años, de c. 2046 a 1995 a. C. (von
Beckerath) y es considerado por los historiadores el fundador del
Imperio Medio de Egipto.
Sucedió a su padre, Intef
III. Su nombre de nacimiento era Mentuhotep que significa "Montu está
satisfecho". Fue coronado como Nebhepetra "Señor timonel de Ra", aunque
durante su mandato cambió en tres ocasiones de titulatura.
Emprendió
la guerra para unificar bajo su mando todo Egipto, sofocó la revuelta
del nomo tinita, depuso al nomarca de Sauty (Asiut), expulsó a los
beduinos asiáticos, que intentaban invadir el Delta del Nilo, y
convirtió a Uaset (Tebas) en la capital política del reino.
Tras
la unificación del país restableció la autoridad real. Emprendió una
política de fuerte centralización y dispondrá de un grupo de altos
funcionarios, de total confianza, para controlar la administración
central y provincial: reapareció el cargo de chaty, el cual dirigía el
poder central, y surgió el cargo de Gobernador del Norte, que compartía
mando con el Gobernador del Sur y el Gobernador de los desiertos del
Este.
Recompenso a los nomarcas fieles, y como
fueron respetados por el rey se consideraban verdaderos señores de sus
territorios, pues conservaban sus privilegios y seguían actuando con
gran autonomía, aunque nominalmente reconocieran al faraón como
gobernante absoluto e hijo de Ra.
La situación económica prosperó, sobre todo en el Alto Egipto.
Luchó
contra los libios del desierto occidental y contra los nómadas del
Sinaí, asegurándose el dominio de la región del Sinaí, y la explotación
de sus minas; también reabrió las rutas de caravanas hacia el mar Rojo.
Organizó campañas en Nubia hasta la región de Uauat y estableció el
control hasta la segunda catarata. Consolidó las fronteras del Delta del
Nilo y Nubia.
A su muerte fue enterrado en el templo mausoleo construido en Deir el-Bahari.
En épocas posteriores Mentuhotep fue adorado como un dios en Tebas.
Mentuhotep
prosiguió con los trabajos de restauración en Elefantina, iniciados por
Intef III. En Abidos edificó los anexos del templo de Osiris.
Embelleció los templos del dios Montu en Tod y Armant.
AMENEMHAT I (Reinado: 1991 - 1962 A.C.)
Sehetepibra
Amenemhat, o Amenemhat I, es el faraón que funda la dinastía XII de
Egipto; reinó de c. 1976 a 1947 a. C. (von Beckerath).
Manetón
le denomina Ammanemes, según Julio Africano o Ammenemes de Eusebio de
Cesarea, aunque sólo lo cita como padre de Sesoncosis. El fragmento del
Canon de Turín muestra: ...tepib... (registro 2.20). En la Lista Real de
Abidos y la Lista Real de Saqqara figura como Sehetepibra.
Amenemhat,
por no ser de linaje real accedió al trono con una fuerte oposición por
parte de la nobleza que duraría todo el periodo de su reinado. Organizó
la capital en Ity-tauy, al sur de Menfis. Reforzó la ribera oriental
del Nilo y realizó incursiones militares en Canaán y Libia, más
orientadas a mantener las fronteras que a la conquista de territorios.
Amenemhat
I murió asesinado, según la Historia de Sinuhé, y su hijo Senusert I
(Sesostris I) que era corregente desde el vigésimo año de reinado, le
sucedió en el trono. Fue especialmente recordado con posterioridad por
el alto grado de progreso que imprimió al país promoviendo grandes
construcciones. En el Museo de de San Petersburgo se conserva un papiro
que glorifica su gobierno.
Su complejo piramidal,
erigido en El Lisht, refleja conceptos arquitectónicos de influencia
tebana, con terrazas en dos niveles, como el de Mentuhotep II. La
pirámide tuvo 78 m de lado y 55 m de altura. El núcleo está relleno de
bloques de piedra expoliados de otras pirámides y templos del Imperio
Antiguo, provenientes de Giza y Saqqara. El revestimiento externo se
realizó con reluciente piedra caliza de las canteras de Tura.
SESOSTRIS I (Reinado: 1971 - 1926 A.C.)
Jeperkara
Senusert, Senusert I, o Sesostris I, fue el segundo faraón de la
dinastía XII, del Imperio Medio de Egipto, y gobernó de c. 1956 a
1911/10 a. C. (von Beckerath). Fue uno de los reyes más poderoso y
eficiente de esta dinastía.
Manetón le denomina
Seconcosis y comenta que reinó 46 años, según Julio Africano y Eusebio
de Cesarea. El Canon de Turín le denomina Jeperkara y le asigna un
reinado de 45 años. En la Lista Real de Abidos y la Lista Real de
Saqqara figura como Jeperkara.
Era hijo de
Amenemhat I y de la reina Nefertitanen. Su propia esposa y hermana fue
Neferu. Ella era también la madre del sucesor: Amenemhat II.
A
Senusert I se le menciona en la Historia de Sinuhé donde se narra cómo
estando de campaña militar en el desierto Líbico tuvo que volver
apresuradamente al palacio real en Menfis al enterarse del asesinato de
su padre, el faraón Amenemhat I.
Trató de centralizar la estructura política del país nombrando a nomarcas que le eran leales.
También
continuó con la agresiva política expansionista de su padre contra Kush
(Nubia) estableciendo la frontera meridional de Egipto en la fortaleza
de Buhen, cerca de la segunda catarata del Nilo. Organizó también una
expedición a un oasis del desierto libio occidental. Senusert I
estableció relaciones diplomáticas con algunos gobernantes de pueblos en
Siria y Canaán.
La corte de Senusert I es
bastante bien conocida. El primer chaty del reinado fue Infefiqer
acreditado en numerosas inscripciones y por su tumba junto a la pirámide
de Amenemhat I. Parece haber permanecido bastante tiempo en su cargo,
le siguió Senusert. Son conocidos también dos tesoreros del rey,
Sebekhotep (año 22º) y Mentuhotep. El último poseyó una grandiosa tumba
junto a la pirámide del rey y parece haber sido el principal arquitecto
del templo de Amón en Karnak. En el 43º año de reinado Senusert I
designó como corregente a su hijo Amenemhat II, aun menor, y cerca del
46º año murió.
Envió varias expediciones para
extraer minerales al Sinaí y Uadi Hammamat y ordenó construir y ampliar
numerosas capillas y templos a través de Egipto y Nubia en su largo
reinado.
Amplió el importante templo de Atum-Ra en
Heliópolis, centro del culto solar, y erigió allí dos obeliscos de
granito rojo, proveniente de Asuán, para celebrar su Heb Sed, en el 30º
aniversario de reinado. Uno de los obeliscos todavía queda en pie siendo
el más antiguo conservado de Egipto.
Una
capilla conocida como la Capilla Blanca, con relieves de gran calidad,
se construyó en Karnak para conmemorar el 30º aniversario de este
gobernante; Todavía se exhibe. Fue reconstruida con los bloques de
piedra originales por Henri Chevrier en 1926.
Senusert
edificó templos en Elefantina y Tod. También remodeló el templo de
Jenti-Amentiu Osiris en Abidos, entre otros proyectos de edificación.
Ordenó
erigir su pirámide en El Lisht, denominada la pirámide que domina los
dos países, con 105 m de lado y 61 m de altura, y diez pirámides
subsidiarias. Se utilizó una nueva técnica de construcción: el núcleo de
la pirámide lo conformaba una estructura de muros de adobe en forma de
aspa, rodeada de otros muros, creando compartimentos que se rellenaban
con arena y escombros, lo cual supuso un menor coste. El revestimiento
se realizó con bloques de piedra tallada y pulida.
Durante
el reinado de Senusert I existió un canal que comunicaba el río Nilo
con el mar Rojo, aunque no hay información de cómo fue construido. Se
estima que se utilizó periódicamente hasta el siglo VII a. C., en que
fue definitivamente abandonado debido a trastornos políticos y posible
falta de mantenimiento.
Se cita al rey en muchos templos de Egipto:
Hieracómpolis, Dendera, Abidos, Heliópolis, Bubastis, Arsínoe (Simpson 1984a); en Coptos (Petrie Museum UC14786).
Es mencionado en una inscripción, en una roca cerca de Asuán, en el año 32º de su reinado (de Morgan 1894: 19.94).
SETI I (Reinado: 1750 A.C. - sólo unos días)
Menmaatra
Sethy, o Seti I, hijo de Ramsés I y Sitra, fue el segundo faraón de la
dinastía XIX; gobernó unos quince años, de c. 1294 a 1279 a. C.
Fue
militar, como su padre, nacido en la región del delta del Nilo, en la
zona de Avaris. Su nombre proviene de Seth, el dios de la guerra, de las
armas y del ejército, al que Sethy I sirvió como sacerdote antes de ser
soldado.
No se sabe mucho de la juventud de Sethy
I, mas sí sobre su reinado. Al convertirse su padre en visir de
Horemheb y más tarde en faraón, fue pronto asociado al trono, pero ya
por entonces era de edad madura. En su primer año de gobierno en
solitario, se lanzó a la temeraria conquista de Palestina, Siria y
Fenicia, que habían logrado su independencia durante el reinado de
Ajenatón o habían sido conquistadas por los temibles hititas,
tradicionales enemigos de Egipto. Las campañas de Sethy por el sur de
estos territorios fue un rotundo éxito, sin igual desde los tiempos de
Thutmose III y Amenhotep II, pero no se atrevió a ir más al norte por el
avance del dominio hitita.
Al subir al trono,
Sethy ya era un padre de familia, y su esposa de toda la vida, Tuya, fue
ascendida al rango de gran esposa real. Se ha querido ver también que
Sethy I fue marido de la oscura Tanedyemy, una reina de comienzos de la
dinastía, de la que desconocemos su filiación, pero que probablemente
fuera la hija de Horemheb y el lazo de unión entre las dinastías XVIII y
XIX.
Horemheb, Ramsés I y Sethy I debieron
pacificar y reordenar Egipto, siendo otra de sus conquistas dominar a
los poderosos sacerdotes de Amón, que tras el fin de la revolución de
Ajenatón habían vuelto a ser demasiado poderosos. Un éxito en esta
batalla silenciosa fue el impedir que los hijos heredasen el cargo. Al
mismo tiempo, se potenció el culto a los demás dioses tradicionales
(prohibiendo, por supuesto, mencionar al dios Atón), especialmente el
dios Seth, de quien se hizo restaurar su templo en Avaris. Fue
precisamente bajo Sethy I cuando comenzó la verdadera persecución hacia
el recuerdo de Ajenatón, y su capital inconclusa, Ajetatón, comenzó a
ser demolida.
La dinastía XIX había nacido como
una verdadera familia de reyes guerreros, de un claro origen militar. El
sucesor de Sethy, el futuro Ramsés II no sería una excepción, y fue
debido a la inmensa fama que cobró este faraón que la memoria de Sethy I
nos ha llegado, inmerecidamente, algo disminuida. También la dinastía
XIX, sobre todo en sus comienzos, fue una casa real que impulsó grandes
construcciones, y sólo los reinados relativamente cortos de Ramsés I y
Sethy I impidieron que pudieran terminarse colosales monumentos que más
tarde se adjudicaría Ramsés II como propios.
Sethy
I murió hacia los 40 años, tras un reinado muy similar, incluso en
duración, al de Thutmose I, en torno a 13-16 años. Le sucedió Ramsés II,
con el que había establecido una corregencia para asegurar la sucesión
pacífica.
La momia de Sethy, una de las mejores
conservadas, fue encontrada en 1881 en el escondrijo de Deir el-Bahari y
se conserva desde entonces en el Museo de El Cairo. Los estudios
realizados sobre la momia no arrojan luz sobre los motivos de su
temprana muerte, aunque se cree que sufría de una enfermedad vascular
que provocaba el mal funcionamiento de su corazón. De hecho, éste fue
encontrado a la derecha de su cuerpo, por lo que se piensa que el faraón
ordenó, que a su muerte, se lo pusieran en el lado opuesto para que
funcionara correctamente en la siguiente vida. Aunque otros expertos
opinan que este pudo haber sido un error de los momificadores.
La
tumba de Sethy (KV17) es una de las más grandes del Valle de los Reyes y
una de las más bellas. Fue descubierta el 16 de octubre de 1817 por
Belzoni. Su sarcófago, uno de los más hermosos hallados en Egipto, se
encuentra actualmente en el Sir John Soane Museum, en Londres.
TUTMOSIS III (Reinado: 1489 - 1435 A.C.)
Menjeperra
Thutmose, Thutmose III o Tutmosis III, es el sexto faraón de la
dinastía XVIII de Egipto; gobernó de c. 1479 a 1425 a. C., siendo uno de
los monarcas más importante y poderoso de los tres mil años de
civilización faraónica.
También es conocido como
Thutmosis III, o Tutmés III, variantes de su nombre helenizado. Gobernó
con los títulos de trono y nacimiento de Menjeperra Dyehuthymose.
Tutmosis
III era hijo del rey Tutmosis II y de una concubina real de nombre
Isis. Esta mujer ni siquiera ostentaba el título de esposa secundaria,
por lo que las posibilidades del príncipe de llegar a rey habrían sido
nulas de no haber muerto su padre sin descendencia masculina de la Gran
Esposa Real Hatshepsut.
Tutmosis III fue coronado,
pero era demasiado joven para asumir el gobierno del estado. Por ello,
la reina viuda Hatshepsut (quien era descendiente de reyes y reinas por
ambas partes) se encargó de la regencia, alejando definitivamente al
visir Ineni, el influyente cortesano que quizás estuvo detrás del
encumbramiento de Tutmosis II y Tutmosis III en detrimento de la reina.
Esta
gran mujer no se conformó con ser regente y en el segundo año de
reinado de Tutmosis III se autoproclamó faraón de Egipto bajo el nombre
de Maatkara Hatshepsut.
A la muerte de Hatshepsut,
Tutmosis III fue por fin rey único de Egipto, sin ninguna atadura.
Podría pensarse que fue él quien libero su cólera sobre la figura de la
difunta reina, aniquilando su memoria y usurpando sus numerosos
monumentos. Pero esta primera teoría esta siendo rebatida por los
egiptólogos.
Aportan un nuevo responsable a la
destrucción de su memoria. El clero de Osiris, dios que parece no haber
sido suficientemente homenajeado en el reinado de Hatshepsut. En su
templo de Deir el-Bahari, la reina se hizo esculpir en forma osiriaca,
incluyendo en su iconografía ciertos símbolos solares, los cuales
pudieron ofender a los sacerdotes de Osiris.
Según
esta tesis, fue el clero de Osiris quienes empezaron con la destrucción
de la memoria de la reina, la cual se produjo 20 años después de su
muerte. El hecho de esperar este tiempo puede deberse a que tenia que
acabar el reinado de Tutmosis III y producirse la muerte de Senenmut, de
lo contrario, no lo hubiesen permitido. Otro dato que se apoya en esta
teoría es que el templo funerario de Tutmosis III fue encontrado sobre
una parte del de Hatshepsut, un emplazamiento inverosimil para alguien
que quería distanciarse de todo lo que representaba su tia-madrastra.
Una
nueva teoría acerca de esta extraña corregencia es que mientras la
reina gobernaba Egipto , el faraón Tutmosis III prefería la vida militar
y expandir las fronteras del país más allá de lo que lo hizo su abuelo
Tutmosis I.
Tutmosis III tuvo al menos dos grandes
esposas reales: Sitah y Hatshepsut Meritra (considerada la segunda hija
de Hatshepsut, aunque con muchas dudas). También se ha pensado que
estuvo casado con Neferura, la primogénita y quizás hija única de
Hatshepsut, pero esto no está comprobado. Tuvo numerosas esposas
secundarias, y varias de ellas lo fueron en virtud de alianzas
internacionales con príncipes sirios o palestinos. De los muchos hijos
nacidos de este rey, destacan dos de Hatshepsut Meritra: Meritamón y
Amenhotep II.
Sin embargo, el faraón tuvo que
andar con cautela con los influyentes sacerdotes. Hatshepsut había
logrado, con grandes donaciones, que el clero de Amón apoyase su
candidatura al trono, y ahora los sacerdotes eran demasiado poderosos.
Tutmosis III se encargó de contentarlos ampliando sus dominios, pero al
mismo tiempo limitó su influencia nombrando sumos sacerdotes a amigos
suyos.
En los 34 años que Tutmosis III gobernó
completamente solo emprendió numerosas campañas, tanto en el Próximo
Oriente como en Nubia y emulando a su abuelo, el gran Tutmosis I,
realizó numerosas conquistas. Condujo al menos 17 campañas militares a
Palestina y Siria, y alcanzó el Eúfrates. Bajo su reinado Egipto alcanzó
su máxima extensión, con dominios en Siria, Canaán, el Sinaí y toda
Nubia, además de efectivos contactos comerciales con los reinos vecinos.
Tal
vez la batalla más brillante librada por el faraón, tuvo lugar en
Meguido (Meggido). Donde el faraón y su ejército tuvieron que atravesar
un angosto desfiladero, para así sorprender al entonces príncipe de
Kadesh, el cual esperaba el ataque por otra zona más accesible y por la
cual pensaba que atacaría el faraón. Esta batalla esta registrada en los
llamados Anales del templo de Amon de Karnak.
Los
dos últimos años de reinado de Tutmosis III los compartió con su hijo,
el joven Amenhotep II, en una corregencia en la que le adiestró en el
manejo del poder, aunque seguramente de forma más cordial a la que tuvo
Hatshepsut con él. Fue enterrado en el Valle de los Reyes en la tumba
KV34 dónde se encuentra la versión más completa de Libro del Amduat, y
su momia fue una de las halladas en el escondrijo de Deir el-Bahari,
aunque en mal estado de conservación.
La actividad
constructora fue muy notable en esta época, en la que la riqueza
entraba a raudales en el país del Nilo. Fueron construidos, ampliados y
restaurados muchos templos en Egipto y Nubia.
Ordenó
ampliar el templo de Amón en Karnak, añadiendo un pasaje llamado
aj-menu, dejando grabadas largas inscripciones que están entre las mejor
preservadas, divulgando sus campañas militares y las donaciones que
hizo al templo. También mandó erigir siete grandes obeliscos en karnak,
que posteriormente fueron trasladados a las capitales occidentales de
Roma (Laterano), Estambul, Londres y Nueva York.
Es
mencionado en la biografía de Ahmose Paennejeb (El Kab), y en
innumerables inscripciones en muros de templos, estelas y estatuas,
erigidos en su honor por Egipto y Nubia (Karnak, Abidos, Hieracómpolis,
Nubt, Deir El-Bahari, Elefantina, Asuan, Sehel, Semna, Kumma, Tell
Halfa, Gebel Barkal, Armant, Faras).
Su tumba fue
escubierta por los trabajadores de Victor Loret en 1898; tras limpiaría
con cuidado, se hizo un plan de donde había sido encontrado cada objeto.
La tumba había sido robada en la antigüedad -la momia de Tuthmosis III
ya había sido encontrada (en 1881) en el escondrijo llamado TT320.
Los
objetos encontrados en la tumba estaban en mal estado -los ladrones de
tumbas habían sido poco cuidadosos en su búsqueda y el sarcófago había
sido dañado al retirar la tapa, las figuras de madera encontradas en la
tumba habían sido lanzadas con fuerza contra las paredes para quitarles
el dorado.
AY (Reinado: 1338 - 1334 A.C.)
Jeperjeperura
Ay, Ay, o Ay II, es el penúltimo faraón de la XVIII dinastía egipcia.
Gobernó de c. 1327/5 a 1323/1 a. C. Su nombre de coronación fue
Jeperjeperura Irimaat Itefnecher Ay, "Eternas son las manifestaciones de
Ra, el que hace Justicia". Eusebio de Cesarea lo denominó Kerres.
Ay
no tenía sangre real, pero si numerosos lazos con la familia
descendiente del fundador de la dinastía, el gran Ahmose. Posiblemente
fue hijo de Yuya y Tuya, un matrimonio muy poderoso durante el reinado
de Amenhotep III, y por tanto, hermano de la reina Tiy y cuñado del
faraón. Su perseverancia era grande, y parece ser que creció su poder a
la sombra de su hermana, la reina, durante el largo reinado de Amenhotep
III.
Al ascender al trono Amenhotep IV (el futuro
Ajenatón), Tiy y Ay pactaron un matrimonio sin igual: en vez de casar
al joven rey con alguna de sus muchas hermanas, se escogió como Gran
Esposa Real a la hermosa Nefertiti, quien posiblemente fuese la hija
mayor de Ay con una mujer de nombre desconocido. Esa sería la causa de
que desde entonces Ay fue conocido con el título de "padre divino",
según esta teoría, que confirmaría el hecho de que su madre fuese Tuya,
una dama de sangre real.
Durante el turbulento
reinado de Ajenatón y Nefertiti, Ay no se separó de la pareja real y
también se trasladó a la nueva capital, Ajetatón. Su poder y su
influencia aumentaban día a día, pero entonces le surgió un claro
competidor: el general Horemheb.
Al morir Ajenatón
y desaparecer del mapa el oscuro corregente Semenejkara (¿Nefertiti?),
Ay sin duda fue uno de los que sentó en el trono al niño Tutanjamón, al
que se casó con la última hija sobreviviente de Nefertiti, Anjesenamón.
La pareja real eran un par de niños sin muchas capacidades aún para
demostrar su valía, cosa que aprovecharon Ay y Horemheb convirtiéndose
en los hombres en la sombra, los auténticos gobernantes del país.
Tutanjamón
murió pronto y sin descendencia que pudiera continuar un linaje de ya
tres siglos de edad. Era el momento de Ay, por el que había estado
esperando treinta años. En virtud de ser el familiar más directo a la
familia real, y también el visir de Egipto, se desposó con su propia
nieta, la viuda Anjesenamón, cuando aún no se había cerrado la tumba de
Tutanjamón. Desde luego, Ay tenía muchas ganas de sentarse en el trono, y
su edad ya era demasiado avanzada como para esperar ni un segundo más.
De
Anjesenamón nada más se volvió a saber, sustituyéndola en el cargo de
gran esposa real la dama Tey, que fue nodriza de Nefertiti y llevaría
casada con el ahora faraón varias decenas. Esta pareja de ancianos
estuvo en el trono tan solo cuatro años, hasta la muerte del rey. Fueron
cuatro años muy similares a los diez de Tutanjamón (a fin de cuentas
aquellos diez años el rey había estado controlado por el propio Ay),
tras los cuales el general Horemheb pudo proclamarse faraón.
El
nuevo rey se casó con la hija de Ay y Tey, Mutnedymet, la hermana de
Nefertiti, para legitimar su ascenso y cortar el camino a la candidatura
de Najtmin, el hijo de Ay. Al subir al trono gobernó con mano de
hierro, y ordenó borrar de la lista real todos los reinados anteriores
que eran directamente causantes de la crisis de Amarna, a saber:
Ajenatón, Semenejkara, Tutanjamón y Ay.
Ay fue
enterrado en el Valle de los Monos, el gran ramal occidental del Valle
de los Reyes, cerca de la tumba de su cuñado Amenhotep III. La tumba,
conocida como WV23, es de dimensiones modestas en comparación con otras
tumbas reales, y se cree que Ay la usurpó a Tutanjamón. Su momia es una
de las pocas de los faraones del Imperio Nuevo que aún no se ha hallado.
RAMSES III (Reinado: 1185 - 1154 A.C.)
Usermaatra-Meriamón
Ramsés-Heqaiunu, o Ramsés III, es el segundo faraón de la dinastía XX y
el último soberano importante del Imperio Nuevo de Egipto. Gobernó de
c. 1184 a 1153 a. C.
Hijo de Sethnajt y casado con
la reina Isis, continuó durante los treinta años que duró su reinado la
labor iniciada por su padre, años antes, con el objetivo de poner fin a
los momentos de anarquía vividos a la muerte de Siptah. Se dedicó a
reorganizar la administración, toda vez que la paz y el restablecimiento
del culto ya se habían encaminado, y la corrupción estaba desintegrando
el país. Esta reforma viene determinada por la división administrativa
en clases: funcionarios palaciegos, funcionarios provinciales, militares
y trabajadores.
La economía del país se recuperó
rápidamente gracias a la masiva llegada de tributos procedentes de las
provincias asiáticas y nubias, y el comercio exterior entró en una etapa
de plena vitalidad, llegando a tierras egipcias (especialmente desde el
país de Punt) productos elegantes y caros que eran muy demandados por
la sociedad. Este desarrollo económico motivó la recuperación de la
fiebre constructora, levantándose nuevos templos y enriqueciéndose los
ya existentes.
En su época desapareció el Imperio
Hitita y otras entidades políticas menos importantes. Todo el Cercano
Oriente se vio afectado, pero sin la resuelta intervención de Ramsés
III, Egipto habría perdido su soberanía, como durante la época de los
Hicsos. Ramsés III se marcó como objetivo alcanzar la preponderancia que
Egipto había tenido anteriormente en la política exterior. La
complicada situación que se vivía en Asia exigía una contundente
respuesta por parte egipcia: los pueblos del mar habían acabado con el
reino hitita, ocupando también Chipre y el país de Naharina. La
provincia egipcia de Canaán recibía continuas incursiones de estos
invasores que podían extenderse al mismo Egipto.
La
zona del delta del Nilo había recibido una creciente inmigración
atraída por una vida más fácil, por lo que durante los primeros años de
su reinado, Ramsés III tuvo que hacer frente a dos grupos de pueblos
indoeuropeos que se dirigían hacia el Delta. En el año octavo de reinado
Ramsés se dirigió hacia Asia para hacer frente a los pueblos del mar.
Se produjo una batalla naval en la desembocadura del Nilo, donde fue
aniquilada la flota enemiga, y que junto al fortalecimiento de la
frontera palestina fue suficiente para evitar la temible invasión de
pueblos del mar, de la que difícilmente se hubiera recuperado Egipto,
corriendo la misma suerte que el Imperio Hitita. La retirada de los
pueblos del mar animó a Ramsés a retomar la colonización asiática
emprendida por sus antecesores: Siria es recuperada en parte, tomando
cuatro ciudades fortificadas, llegando incluso hasta las regiones del
Eufrates. Pero la alegría por la victoria dura poco, ya que algunos años
después las tierras de Canaán se perderán definitivamente.
La
frontera libia también era peligrosa, tras una reorganización de los
pueblos nómadas que habitaban en esa zona. En el undécimo año de su
reinado, el ejército libio, deseoso de asentarse en el fértil territorio
egipcio, avanzó hacia Menfis; en las cercanías de la ciudad se produjo
la batalla, obteniendo el faraón la victoria. Los prisioneros fueron
numerosos, y se entregaron como esclavos a los templos. Una vez
suprimido este peligro, Ramsés se dirigió hacia Libia, donde se había
producido una revuelta, posiblemente motivada por la imposición de un
príncipe educado en la corte egipcia. Las tropas libias fueron
derrotadas, obteniendo el faraón gran cantidad de prisioneros.
El
Papiro Harris I fue editado por su hijo y sucesor, Ramsés IV y narra la
crónica de los grandes donativos del rey: estatuas de oro y
construcciones monumentales en varios templos de Egipto, en Pi-Ramsés,
Heliópolis, Menfis, Atribis, Hermópolis, This, Abidos, Coptos, El-Kab y
otras ciudades en Nubia y Siria. Registra también que el rey organizó
una expedición comercial a la Tierra de Punt y ordenó extraer cobre de
las minas de de Timna. Ramsés reconstruyó el templo de Jonsu en Karnak
sobre la base de un templo más antiguo de Amenhotep III y completó el
templo de Medinet Habu alrededor de su duodécimo año de reinado. Se
decoraron los muros del templo de Medinet Habu con escenas de sus
batallas navales y terrestres contra los Pueblos del Mar.
Ordenó
construir importantes ampliaciones en los templos de Luxor y Karnak,
así como su templo funerario y el complejo administrativo en Medinet
Habu, que están entre los más grandes y mejor conservados de Egipto. La
incertidumbre en tiempos de Ramsés está presente en las grandes
fortificaciones que construyó para protegerlo, y que ningún templo
egipcio situado en el corazón de Egipto había necesitado antes. Allí se
enterró, según la leyenda, a los miembros de la cosmogonía
Hermopolitana, que recibieron culto hasta la llegada de los emperadores
romanos.
Su tumba (KV11) en el Valle de los Reyes
(Biban el-Muluk: Puerta de reyes) es de gran elegancia. Las escenas son
fieles al arte egipcio tradicional.
La
comunidad obrera de las tumbas reales (situada en lo que hoy conocemos
como Deir el-Medina) desarrolló tres huelgas bajo el reinado de Ramsés
III. Estas huelgas fueron las primeras documentadas en la historia de la
humanidad, algunas de las cuales se recogen en un papiro que hoy se
conserva en el Museo Egipcio de Turín. Las huelgas surgieron debido al
retraso de las raciones alimenticias (en Egipto no existió la moneda
acuñada hasta la dinastía XXX, en el siglo IV a. C.) que formaban parte
de los sueldos de los obreros.
Los trabajadores
llevaban más de veinte días sin recibir el sustento porque el gobernador
de Tebas oriental y sus seguidores habían interceptado el envío. Cuatro
meses después, el conflicto se reavivó. La entrega de alimentos se
había demorado de nuevo, esta vez dieciocho días, y los obreros se
vieron obligados a reclamar lo que era suyo, pero recibieron partidas
insuficientes. Por esta razón interrumpieron el trabajo y se dirigieron
al templo de Thutmose III en Medinet Habu, donde presentaron sus quejas,
exigiendo que el propio rey fuera informado y proclamando: «Tenemos
hambre, han pasado dieciocho días de este mes... hemos venido aquí
empujados por el hambre y por la sed; no tenemos vestidos, ni aceite, ni
pescado, ni legumbres. Escriban esto al faraón, nuestro buen señor, y
al visir, nuestro jefe. ¡Que nos den nuestro sustento!». Los sacerdotes
tuvieron que soportar duras negociaciones y huelgas intermitentes, y
aunque no se conoce con seguridad cuál fue el desenlace de la situación
sí sabemos que a partir de ese momento los robos en las necrópolis se
incrementaron.
La tranquilidad se vio frustrada
por las conspiraciones que se vivieron en el periodo final de la vida
del faraón. Su visir Atribis intentó acabar con su vida, consiguiendo
Ramsés escapar sano y salvo.
La segunda esposa
real, Tiyi, lo intentará de nuevo al ver como su hijo era apartado de la
línea sucesoria. A pesar de contar con el apoyo de altos funcionarios
reales, el complot parece que fracasó ya que se descubrió en el último
momento, deteniendo a los conspiradores y llevándolos ante la justicia.
Poco tiempo después falleció Ramsés III, dejando el trono de Egipto en
situación de gran debilidad, y aunque se especula que su muerte fue
causada por los conspiradores, su momia no muestra evidencias de
violencia.
Ramsés IV, hijo suyo y de la reina
Isis, le sucedió y prefirió cerrar el asunto: con motivo de su solemne
coronación, declaró la amnistía general pero no consiguió detener el
deterioro del poder real.
NECAO I (Reinado: 672 - 664 A.C.)
Menjeperra-Nekau,
o Necao I (672 - 664 a. C.) era el gobernador de la ciudad egipcia de
Sais. Como soberano local Saita de la dinastía XXVI de Egipto, el
reinado de Necao fue de ocho años, según Manetón.
Necao probablemente era el hermano de Nekauba, y el hijo de Tefnajt II. Su hijo, Psamético I reunificó Egipto.
A
Necao se le conoce principalmente por documentos asirios pero también
está refrendado en un documento egipcio contemporáneo de su reinado. Fue
instaurado oficialmente en Sais por Asurbanipal alrededor de 670 a. C.,
como aliado de Asiria, aunque él ya gobernaba en Egipto como soberano
local antes de este acontecimiento.
Según los
registros históricos, Necao fue asesinado en 664 a. C. por un ejército
invasor Kushita, bajo Tanutamani. La invasión de los Nubios del delta
del Nilo fue inmediatamente repelida por los asirios que avanzaron hacia
el sur para conquistar el Alto Egipto y saquear Tebas.
El
nombre de Necao I está grabado en una estela donando una ofrenda en el
2º año de reinado (publicado por Olivier Perdu en 2002). La estela
registra una donación de tierras a la tríada de Osiris de Per-Hebyt (el
moderno Behbeit el-Hagar, cerca de Sebennitos) por el "sacerdote de
Isis, amante de Hebyt, gran jefe... hijo de Iuput, Akanosh." La estela
es muy semejante en estilo, contenido y epigrafía a la estela del
donativo del 8º año de Shepsesra-Tafnajt.
Esto
sugiere que Shepsesra-Tafnajt era Tafnajt II y un personaje diferente
del famoso gran jefe occidental Tafnajt, opuesto a Piye.
Shepsesra-Tafnajt, habría sido un predecesor relativamente reciente de
Necao I, el "Stefinates" registrado en el epítome de Manetón. Perdu
expone de forma convincente que los dos reyes Saitas predecesores de
Necao I, a saber Stefinates y Nejepsos (o Nekauba) del texto de Manetón,
pertenecen al comienzo de la dinastía vigésimo sexta o Saita.
PSAMETICO I (Reinado: 664 - 610 A.C.)
Uahibra
Psametiko, o Psamético I (664 – 610 a. C.) fue el fundador y primer
faraón Saita, como se conoce a la XXVI dinastía de Egipto, a comienzos
del denominado Periodo tardío de Egipto.
Psamético
I fue uno de los grandes faraones, consiguiendo la independencia
respecto del imperio asirio. Restauró la prosperidad del país en su
largo reinado de 54 años y estableció buenas relaciones con los
gobernantes helenos, alentando a muchos colonos griegos a establecerse
en Egipto y servir como mercenarios en su ejército.
Se
sabe, por textos cuneiformes, que fueron designados por Esarhaddon
veinte soberanos locales para gobernar Egipto y confirmados por
Asurbanipal. Necao I, el padre de Psamético, era uno de estos soberanos,
en Sais, pero parece que fueron incapaces de contener a los egipcios
contra los aliados de los odiados asirios.
Psamético
I, después que la muerte de su padre en 664 a. C., trató de unificar
Egipto bajo su mando y liberarlo del control asirio.
Destruyó
con éxito los últimos vestigios de poder de la dinastía Nubia sobre el
Alto Egipto bajo Tenutamon y en este momento Tebas aceptó su autoridad.
Después forjó una vigorosa campaña contra los príncipes locales que se
oponían a su reunficación de Egipto.
En su año
octavo de reinado, en 656 a. C., envió una poderosa flota naval a Tebas y
obligó a la Divina adoratriz de Amón a adoptar a su hija Nitocris como
sucesora, quedando grabado en la llamada estela de la Adopción. Nitocris
serviría en este cargo durante 70 años, de 656 a. C. hasta su muerte en
586 a. C.
Una de las victorias sobre ciertos
bandidos libios, en el año 10º y 11º de su reinado, se menciona en una
estela del pueblo de Dajla, en el oasis del desierto occidental de
Egipto.
El historiador griego Heródoto transmitió
un cruel relato acerca de Psamético en el segundo de los cinco volúmenes
de su obra Historia (Gredos, Madrid, 1977). Durante su viaje a Egipto,
Heródoto oyó que el rey egipcio deseó descubrir la supuesta lengua
original y para ello realizó un experimento. Dejó a dos niños recién
nacidos a un pastor, con instrucciones de que nadie hablara con ellos,
pero el pastor tendría que alimentarles y escucharlos para tratar de
comprobar cuales eran sus primeras palabras.
La
hipótesis de Psamético habría sido, según Heródoto, que los seres
humanos tenían una lengua original y que la primera palabra que
pronunciasen los niños sería en dicha supuesta lengua. Nuevamente según
Heródoto, la primera palabra pronunciada fue bekos, que en frigio
significa <pan>, por lo que se conlcuyó que esta lengua anatolia
debía ser la primera de la humanidad. Sin embargo, ya en la antigüedad
Aristófanes y Apolonio de Rodas sospecharon que bekos era un sonido
onomatopéyico que imitaba el balido de las cabras con las que se
alimentaba a los niños.
El relato de Heródoto de
los XII reyes y la ascensión de Psamético es dudoso. El laberinto,
construido por un rey de la dinastía XII de Egipto, es atribuido por
Heródoto a los XII reyes.
AHMOSE II (Reinado: 570 - 526 A.C.)
Jenemibra
Ahmose, Ahmose II, Amosis II, o Amasis (570 - 526 a. C.) fue faraón de
la dinastía XXVI de Egipto. Como sucesor de Apries será el último gran
gobernante de Egipto antes de la conquista persa. La capital se
encontraba en Sais.
Manetón lo denomina Amosis y
comenta que reinó 42 años, según Julio Africano en la versión del monje
Sincelo. Para Eusebio de Cesarea, en la versión del monje Sincelo y en
la versión armenia, reinó 44 años. La mayor parte de la información
acerca de él proviene de Heródoto aunque sólo puede ser verificada
parcialmente por evidencias de su época.
Amosis no
era de origen noble, según el historiador griego Heródoto. Una rebelión
de soldados nativos le encumbró al poder. Estas tropas, volviendo de
una desastrosa expedición en Cirene, sospecharon que habían sido
traicionados por el rey Apries, quien gobernaba del modo más absoluto
con el apoyo de mercenarios, y sus compañeros de Egipto se solidarizaron
con ellos plenamente.
Amosis consiguió calmar la
rebelión y liderarlos, siendo proclamado soberano por los rebeldes.
Apries, que entonces solamente podía confiar en sus mercenarios, fue
derrotado y apresado en el conflicto que se produjo en Menfis; el
usurpador trató al ilustre cautivo con gran indulgencia, pero finalmente
fue persuadido y lo entregó a las multitudes que lo asesinaron
estrangulándolo.
Fue enterrado en su panteón
familiar de Sais. Una inscripción confirma el acontecimiento de la lucha
entre las tropas nativas y las extranjeras, mostrando que Apries murió y
fue enterrado honorablemente en el año tercero de Amosis.
Aunque
Amosis fue criticado al principio de su mandato, por no ser de
ascendencia noble, tuvo el buen sentido de cultivar la amistad del mundo
heleno y aliarlos con Egipto como nunca antes ocurrió.
Heródoto
relata que bajo su prudente administración Egipto alcanzó alto grado de
prosperidad; adornó los templos del Bajo Egipto, primordialmente con
espléndidas naos (capillas monolíticas) y otros monumentos que todavía
perduran.
Amosis asignó a los griegos la colonia
comercial de Naucratis, en el brazo Canopico del río Nilo, y cuando
ardió el templo de Delfos él contribuyó con 1.000 talentos para
reedificarlo. Se casó también con una princesa griega denominada Ladice,
hija de Battus, el rey de Cirene, y entabló alianzas con Polícrates de
Samos y Creso de Lidia.
Su reino llegó
probablemente sólo hasta la primera catarata, pero dominó Chipre, y tuvo
gran influencia en Cirene. Al principio de su largo reinado, antes de
la muerte de Apries, parece haber sufrido un ataque por Nabucodonosor II
en 568 a. C. Ciro II dejó a Egipto en paz; pero los últimos años de
Amosis fueron perturbados por la amenaza de invasión de Cambises II y
por la ruptura de alianzas con Polícrates de Samos. El desastre cayó
sobre su hijo Psamético III, a quien el citado rey persa privó de su
reino después de un mandato de sólo seis meses.
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