La Dinastía XIX de Egipto fue una de las más
importantes por todos los logros que ha obtenido, pacificando el imperio
en general y realizando construcciones magníficas durante toda esa era.
Ramsés II
es el faraón que más conocemos y a quien se le adjudican gran parte de
los templos y edificios realizados en el momento. Pero hoy día sabemos
que no son mérito suyo, sino que ha continuado y finalizado en muchos
casos, los proyectos comenzados por su padre, Seti I.
Seti I gobernó entre los años 1294-1279 a.C. aproximadamente, pero antes de ello fue sacerdote del Dios de la Guerra Seth (de ahí proviene su nombre), para luego ser soldado. En ese momento, su padre asumía como faraón de Egipto con el nombre de Ramsés I, dando así origen a la XIX Dinastía.
Al asumir como faraón, continuó la labor de su padre de pacificar el
Imperio pero además obtuvo logros como muy pocos faraones antes lo
habían conseguido. En primer lugar, derrotar a los sacerdotes de Amón, quienes poseían incluso más poder que los faraones anteriores a Seti I. El método empleado fue sencillo, con el apoyo del pueblo eliminó la “herencia de cargo“, es decir que los hijos de estos sacerdotes ya no podían ocupar el lugar de sus padres y con ello mermó notablemente su poder.
Pero el logro más importante fue conquistar (o reconquistar) Fenicia, Siria y Palestina, territorios que habían caído bajo manos de los hititas o bien se habían independizado desde tiempos de Akenatón. Esto lo realizó en su primer año como faraón, lo que le valió el respeto de todo Egipto (y todas las civilizaciones de la época) y con ello la unificación fue mucho más sencilla.
Algo para destacar es la reinstauración del culto a todos los Dioses, con especial hincapié en Seth es cierto, pero permitiendo que todos pudiesen venerar a quien les apetezca. Al mismo tiempo prohibió el culto a Atón, decisiones que van de la mano pues Akenatón transformó Egipto en una sociedad casi “monoteísta” rindiendo culto sólo a este Dios.
En cuanto a construcciones hoy sabemos que fue él quien comenzó con
muchas de las que se la han atribuido durante siglos a su hijo Ramsés
II, por tanto debemos decir que de todos los faraones que gobernaron
Egipto en la antigüedad, Seti I es sin duda uno de los cinco más importantes.
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