Los egipcios se enterraron de tres maneras diferentes:
Pirámides
Hipogeos
Mastabas
Las pirámides eran tumbas reales y su construcción solo
tuvo lugar en el Imperio Antiguo. Solo se enterraban faraones en las grandes
pirámides. A veces alrededor de una de ellas, vemos pequeñas pirámides
subsidiarias para las esposas del faraón, miembros de la familia real o de
la corte.
Dentro de algunas de las pirámides, encontramos paredes
enteras llenas de jeroglíficos, a los que llamamos "Textos de las
Pirámides"
También en el Imperio Antiguo los altos dignatarios se
hacían construir tumbas que se llamaban Mastabas. Mastabat, es una
palabra árabe que vale para designar un banco de madera donde exponer la
mercancía para su venta en el mercado. Estas tumbas en forma de pirámide
truncada debían parecerse a los puestos de venta de los mercados, y los
árabes las llamaron asi. Tenían varias salas, entre ellas, la cámara
funeraria.
Una característica de las mastabas eran las estelas
llamadas de "falsa puerta". Esto era la representación en bajorrelieve de
una puerta muy alta y estrecha, con una especie de persianilla, también en
piedra, arrollada en la parte superior del dintel. Estas "falsas puertas"
tenían por finalidad que el alma del difunto pudiera salir del sepulcro por
medio de fórmulas mágicas. Esta representaba la puerta por la cual volver al
mundo de los vivos.
También en las mastabas se decoraban las paredes con
ofrendas para el alma del difunto. En estos paneles de bajorrelieve se
representan todas las cosas que se ofrecen al alma del fallecido. Los
egiptólogos les llaman a esta relación de ofrendas "el menú", pues siempre
consta de miles de panes, de cervezas, de ocas, de frutas, de rollos de
lino, de aceites, etc.
Las mastabas mejor conservadas se encuentran en la
necrópolis de Saqqarah, cerca de El Cairo.
Los hipogeos (Hipo = mucho, geo = tierra) son tumbas
excavadas en la roca, o enterradas bajo tierra. Los egipcios se enterraron
en hipogeos a partir del Imperio Medio. Pero el mayor auge de los hipogeos
se dio en el Imperio Nuevo. Tanto los faraones, como la gente común se
enterraban en agujeros excavados en la roca, o perforados en la tierra.
Los faraones se hicieron construir fastuosos hipogeos, de
muchos metros de longitud y profundidad. Las paredes estaban bellamente
decoradas con pinturas relativas a la vida en el Más Allá, y a la acogida
que los dioses dispensaban al difunto. Casi todos estos hipogeos reales
están en el Valle de los Reyes, en la orilla occidental del río.
Pero los artesanos que construían y decoraban las tumbas
reales vivían en un poblado de la orilla izquierda del Nilo, llamado en la
antigüedad Set Maat, es decir, El Lugar de la Verdad. En la
actualidad, al pueblo se le llama Deir el Medina. Allí encontraremos las
ruinas de la ciudad y algunas tumbas de estos artesanos, algunas de las
cuales son realmente espectaculares, y nos aportan mucha información
relativa a la vida cotidiana del egipcio. Mientras que las tumbas reales
solo representan escenas con los dioses, las tumbas de los nobles nos
informan acerca de los banquetes, el trabajo en el campo, la construcción de
templos, la erección de obeliscos, la caza, la pesca, etc.
El otro lugar donde encontraremos magníficas tumbas de
nobles es el pueblo llamado Gurnah.
Tanto las tumbas reales, como las de los cortesanos se
construían en lugares ocultos, con el fin de que los ladrones no pudieran
encontrarlas, y no robaran su contenido. También hacían un pozo profundo a
la entrada de las tumbas, esperando disuadir a los saqueadores. Está claro
que no lo consiguieron del todo, aunque alguna pierna si que se romperían.
Ninguna tumba de nobles llegó intacta a nuestros días.
Y en lo referente a las tumbas reales, sólo la de
Tutankhamon fue encontrada casi inviolada. Los ladrones la robaron en la
antigüedad, pero luego no la encontraron nunca más. Y dejaron muchas cosas,
afortunadamente.
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