miércoles, 28 de noviembre de 2012

ALIMENTACION EN EL ANTIGUO EGIPTO

Conocemos la alimentación de los egipcios de la Antigüedad por los textos grabados en las paredes de los templos y tumbas y por los restos de ofrendas a los muertos, donde nos han dejado muchos testimonios de su modo de alimentarse.
Ofrendas.
El arte funerario, que retrata la vida cotidiana nos lo muestra: no se encuentran allí recetas culinarias, como sí de medicamentos, pero hay mucha información sobre las costumbres alimenticias. Vemos a los ushebtis (estatuillas de caliza o madera) que representan a los sirvientes del muerto realizando sus trabajos, preparando pan, moliendo grano, sirviendo cerveza y asando aves y otras carnes.

Índice

Alimentos

La alimentación fue conservadora, condicionada por el medio geográfico y con una lenta evolución marcada por el descubrimiento de tecnologías y la importación de nuevos alimentos.
El clima tuvo una importante influencia: En el periodo predinástico las actuales zonas desérticas tenían todavía vegetación, y permitían el pastoreo. La paulatina desertificación dio mayor importancia al valle del Nilo y a la agricultura, lo que se reflejaba en el menú cotidiano.
Ofrendas en la tumba de Menna.
Los alimentos básicos fueron el pan (véase: Historia del pan) y la cerveza ( heneket) fabricada con cebada. Se ha descubierto una veintena de tipos de pan, de diferentes formas y composiciones.
El régimen alimenticio egipcio se completaba con pescado y carne (comúnmente oveja, cerdo, aves caseras y carne de vaca para las grandes ocasiones). La carne y el pescado eran generalmente asados, o secados y conservados en salazón. El pescado más apreciado fue el mulet, pez de mar que remonta el Nilo y con los huevos hacían el poutargue, receta que se usa por todo el Mediterráneo hoy día.
El ajo y la cebolla junto con las legumbres, tales como las habas, los guisantes y las lentejas, sin olvidar las verduras (col, pepino, lechuga, puerro, o rábanos), y las plantas de agua (loto y papiros) eran los platos más consumidos. Muchos de estos alimentos sólo podían ser cultivados gracias al cieno fértil depositado durante las inundaciones del Nilo.
Las frutas, bastante escasas, estaban reservadas a la élite, al igual que algunas otras viandas. En el antiguo Egipto no conocieron los cítricos hasta la época romana; Los frutos más consumidos eran los dátiles (utilizados también para producir una cerveza de lujo, el seremet), la uva, la granada, la sandía y el melón, pero también la algarroba y el sicómoro (una especie de higo).
Por último, la miel, producida en colmenas de tierra, entraba en la composición de los postres y de muchos remedios. Los pasteles se usaban a menudo para cuidados terapéuticos, y eran endulzados con dátiles, miel o pasas. En la tumba del visir Rekhmire, bajo el reinado de Amenhotep II, se ve una escena que muestra los pasos para fabricar un bizcocho cónico, hecho con los rizomas de una caña con sabor a avellana, el suchet.

Bebidas

Ánforas de vino. Abidos.
El vino, estaba reservado a los ricos, era una bebida de lujo en Egipto, y, al igual que hoy en día, se marcaba en los recipientes los datos: procedencia, año de cosecha y nombre del viticultor. Era muy apreciada una bebida denominada shedeh elaborada de Punica granatum.
La cerveza fue durante mucho tiempo la bebida nacional. Barata y abundante, se bebía en todo el país, ya que gustaba tanto al Faraón como al campesino o al artesano ciudadano. Su fabricación está representada ya en las mastabas del Imperio Antiguo; se bebía cerveza en cualquier circunstancia: en los campos, a bordo de los barcos, en las recepciones y, por supuesto, en las casas de bebida de las ciudades: las casas de la cerveza. Estaba elaborada con trigo o cebada y se usaban dátiles, cuyo azúcar aseguraba la fermentación de la bebida:
En un horno igual al del panadero, el cervecero y sus ayudantes colocaban el grano recién molido. Esta operación necesitaba muchos cuidados, la masa no debía permanecer más que el tiempo de dorar la corteza y el interior debía quedarse crudo. El pan así preparado era introducido en una gran cuba y cubierto con un líquido preparado con agua y dátiles. Un cervecero entraba en la cuba y pisaba la preparación hasta que la mezcla fuese homogénea.
Moliendo el grano para fabricar cerveza.
Al cabo de algunos días, cuando la fermentación se había producido, el contenido de la cuba era decantado a grandes jarras. Un tamiz retenía los trozos más grandes de pan de cerveza, que se apretaban como una esponja para escurrir los restos del líquido.
La cerveza se conserva bastante bien, y era vendida en ánforas cerradas con un tapón de paja y de arcilla húmeda, o con un plato pequeño y un poco de yeso. Sólo le faltaba ya al cervecero poner su signo distintivo que indicaba el lugar y la fecha de fabricación.
Aunque la mayoría de poblados egipcios producían su propia cerveza, el comercio de barcos cargados con ánforas era intenso en el Nilo: así suministraban a las ciudades, a las casas de cerveza y a las casas de campo de los egipcios ricos, que querían su bebida favorita de una casa renombrada, ya que, igual que para el vino, existía diferentes clases dependiendo del contenido de azúcar y la habilidad del cervecero.
Para su consumo, la cerveza se guardaba en cántaros de uno o dos litros, y los aficionados la bebían en vasos de piedra, metal o fayenza (loza). La cerveza tostada era la más corriente, la rubia se reservaba para las fiestas.
Esta cerveza hecha con cebada o trigo, se fabrica en la ribera del Nilo en nuestros días con este mismo procedimiento, y se la conoce con el nombre de bouza, pero puede llegar a ser tóxica.

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