jueves, 3 de enero de 2013

Escultura Egipcia en el Imperio Medio y Nuevo de Egipto

A partir de la dinastía VI se da un periodo de decadencia en el que se repite mucho lo anterior. Sin embargo, en el Imperio Medio, especialmente en la dinastía XI se da un renacimiento.
En esta época existen distintas escuelas y talleres de escultura. Así, aparecen dos tendencias principales: una seguirá el idealismo del Imperio Antiguo, mientras que la otra, que es más interesante, va a realizar retratos de faraones más realistas aún y con retrato psicológico.
Una novedad de este momento es la aparición de representaciones del dios Osiris con la imagen del faraón, en pilares y en estatuas, pero esto será más importante en el Imperio Nuevo.
La posición de las manos en las esculturas sedentes cambia. Aparece escultura al aire (colosos, esfinges…), en templos y en palacios, no sólo en tumbas como en el Imperio Antiguo. En este momento también aparecen las estatuas bloque, aunque serán más importantes en el Imperio Nuevo. No hay diferencias estilísticas con el Imperio Nuevo.
Estatuaria del Imperio Medio

Mentuhotep
Fue encontrado en su lugar de enterramiento. Es una escultura sedente realizada en arenisca policromada. Tiene forma osiriaca: brazos cruzados y barba postiza con punta curva. Sólo lleva la corona roja y está envuelto en el manto de la fiesta del Sed. La tez, muy oscura, resalta con los demás colores. Tiene las piernas muy gruesas, con los pies muy grandes y los dedos muy separados.

Sesostris III
Hay muchas representaciones de este faraón, seguramente estarían realizadas con un molde. Sólo se conserva la cabeza, muy deteriorada. Lleva el hureus y el nemes, que deja al descubierto las orejas. En su rostro se pueden leer los signos de cansancio y vejez. En otra escultura, aparece más joven, pero aún así con ojeras y con los pómulos resaltados.

Cabeza de mujer
Sólo se conserva la cabeza, que está realizada en madera policromada. Es pequeña, de unos 10 cm. Se trata del retrato de una mujer noble por la delicadeza con la que está tratada.

Se busca la representación de una expresión amable, se trata de hacer un retrato personal. Lleva una peluca muy grande pero que no acaba en caracola como era normal y en ella hay incrustaciones de oro. Utiliza dos tipos de madera, una más blanca para el rostro y otra más oscura para la peluca, que además está pintada de negro.
Esfinges

Se trata de representaciones del faraón con cuerpo de león. Siempre están tumbados. El modelo es la esfinge de Kefrén en Giza. Siempre son de piedra. En la base siempre, y a veces también sobre el cuerpo de la esfinge se encuentran jeroglíficos. No hay diferencias estilísticas entre las del Imperio Medio y las del Imperio Nuevo.

Esfinge de Amenemhet (o Amenotep) III
Dinastía XII. La cabeza muestra una gran melena de león e incluso las orejas son de este animal. Del nemes sólo se ve el arranque, con el hureus, y encuadra el rostro de una manera extraña. Lleva la barba postiza y tiene la mirada al frente.

Esfinge de Hatshepsut
Hastshepsut era una reina de la XVIII dinastía, en el Imperio Nuevo. Es muy parecida a la de Amenemhet en la caída del nemes. El rostro femenino está muy idealizado y tiene una barba descomunal.

Esfinge de Tutmosis o Tutmés III
En esta el nemes cae normalmente y tiene las orejas del faraón.

Estatuas Cubo
Las estatuas cubo son otra de las grandes novedades de este periodo. Aparecen en el Imperio Medio, pero las más importantes son del Imperio Nuevo y se mantendrán durante la Baja Época.
Están siempre hechas en piedra dura que deja partes lisas. Con estas esculturas quieren dar permanencia al representado. Presenta a una persona sentada en el suelo de manera que las rodillas llegan a la altura de los hombros y se coge las piernas con los brazos. Están envueltas en un manto. Se suelen poner inscripciones en alusión a la persona.
En la Baja Época a veces por debajo de la escultura se dejan ver y se trabajan los pies, las manos y los codos. También en esta época pueden llevar incorporada en la parte delantera otra escultura.
Estatua cubo de Senemut
Con peluca y barba postiza, que dejan ver su importancia en la corte

Estatua cubo de Senemut con la hija de Hatshepsut
Tiene la estructura angular más marcada. Se le retrata junto a la princesa porque era su educador. La niña lleva el hureus y la coleta típica de los niños

Estatua cubo de Sennefer
Era un intendente de la dinastía XVIII. Formas más lisas.

Estatuaria del Imperio Nuevo
Sigue siendo de pie o sedente, pero se da alguna novedad: hay un cierto sentido estético, por lo que se hacen formas bellas, más esbeltas y elegantes. La rigidez no es tan marcada y los rostros son amables y tienen, en especial los femeninos, forma de corazón. Postura de manos como en el Imperio Medio, con el puño en horizontal encima del muslo o con las dos manos abiertas sobre el muslo; esto último se va haciendo más frecuente.
Hapshepsut
Lleva el nemes, el hureus y las manos abiertas sobre los muslos. No es escultura bloque; tiene la espalda muy rígida pero sin necesidad de soporte.

Tutmosis III
Es menos estilizada, pero aún así con rasgos algo refinados. La mano derecha la tiene cerrada con un sello en vertical sobre el muslo y la izquierda abierta.

Amenofis II
Es un faraón oferente: se encuentra arrodillado ofreciendo a los dioses las dos Tierras de Egipto, simbolizadas en dos vasijas con tierra de cada una de las dos Tierras que lleva en las manos. Mantiene los atributos del faraón.

Colosos de Memnón
Los colosos se solían colocar delante de los templos, estos están delante del de Amenofis III, que mandó hacer un templo funerario lejos de su lugar de enterramiento, del que lo único que queda son estos colosos y que parece que ya en época faraónica comenzó a ser expoliado.

El nombre de Memnón es de los griegos. Las estatuas representan al faraón con las coronas del Alto y Bajo Egipto, pero ahora sólo se aprecia el nemes de uno de ellos. De escultura exenta son los más grandes que se conocen, con unos 20 m. de altura
Al lado de las piernas hay estatuas de su madre y su mujer. El trono tiene esculpidos en los laterales los genios del Nilo y las flores del Alto y Bajo Egipto entrelazadas. Tienen las dos manos abiertas sobre los muslos.
Ramsés II
Ramsés fue un faraón de la XIX dinastía, aunque hay quien dice que esta escultura representa a Seti I. Es la escultura de Ramsés mejor conservada, apareció fragmentada pero se reconstruyó. Es un estilo muy diferente, con la cara muy afinada y un brazo extendido.

También está vestido de forma distinta, con un traje que cubre todo el cuerpo con una tele muy fina y plisada que se ajusta al nemes. No hay nemes ni corona, sino la tiara de jefe militar, donde está el hureus. No tiene respaldo y junto a sus piernas aparecen una figurilla de su mujer y otra de su hijo. Lleva atributos de poder y el puño izquierdo cerrado sobre el muslo y la derecha levantando el cetro. Lleva sandalias.

Ramsés II de joven
Lleva una gran peluca con pequeños rizos que marcan el efecto del claroscuro. En la peluca hay una gran importancia de la simetría y está rodeada por una diadema sobre la que está el hureus. Lleva un traje semejante al anterior, de una tela fina con muchos pliegues finos en distintas direcciones. Lleva un gran collar y el cetro de poder. Rostro con rasgos finos.

Coloso de Ramsés II
Del templo de Ptah en Menfis. Las piernas están rotas pero el resto se conserva en perfecto estado gracias a que cuando cayó lo hizo sobre un charco. Lleva el faldellí de tela fina con muchos pliegues. En una mano, lleva un sello. En los hombros lleva cartuchos con su nombre. Su rostro es amable, con una ligera sonrisa, que retrata el carácter bonachón del faraón. Lleva el hureus sobre su cabeza.

La princesa Mnenat
Parece ser que era Merit-Amón, una hija de Ramsés II y Nefertari que, al morir esta, toma la dignidad de esposa real.

Tiene rasgos amables, con una leve sonrisa. Está cubierta por una tela fina que deja ver la anatomía. Lleva una gran peluca con rizos que cae sobre el pecho dejando ver un collar. La lleva ceñida con una diadema donde está el hureus y sobre ella lleva una gran corona formada por huerus y discos solares. En la mano izquierda lleva una figurilla, el mnenat, relacionada con la diosa Hathor y que sólo llevaban las sacerdotisas.
Ramsés III coronado por Seth y Horus
Se trata de un grupo escultórico en el que aparece el faraón Ramsés III con una actitud muy similar al Imperio Antiguo, adelantando la pierna, con los brazos pegados al cuerpo, los puños cerrados, barba y faldellí. El faraón es coronado por los dioses Seth y Horus que llevan la cruz de la vida y le miran, formando una composición totalmente simétrica.

Maat y Thot
Representación muy pequeña, de madera policromada, en la que Maat aparece en un tamaño mucho menor (jerarquización) en forma humana con una gran pluma sobre la cabeza y Thot aparece mucho más grande y con forma de Ibis.

La etapa amárnica
Amenofis IV, hijo de Amenofis III, de la dinastía XVIII, que reinó en el siglo XIV, entre los años 1379 y 1362 aproximadamente, se cambió de nombre a Ajnatón, que significa servidor o adorador de Atón, aunque normalmente se dice Akhenatón.
Va a ser un gran reformador en el aspecto social, político y sobretodo religioso, lo que va a repercutir mucho en el arte, especialmente en la escultura.
Va a promulgar una serie de reformas sociales que le van a crear problemas con los sacerdotes: mejor reparto de tierras entre el pueblo a costa de mundo sacerdotal, mayor higiene en las viviendas, con letrinas, conductos para el agua, animales fuera de las viviendas, etc. Tenía un carácter místico, soñador.

Va a abolir el politeísmo, cambiándolo por un monoteísmo basado en la figura de Atón, el dios sol, que va a sustituir a Amón. Esto produce un cambio en la arquitectura en cuanto a la estructura de los templos, que van a ser templos solares que recuerdan a los que había en el Imperio Antiguo.
Pese a construir nuevos templos, no destruyó los anteriores. La estructura del templo solar es más abierta. Tras los pilonos aparece un gran patio abierto para la realización de sacrificios tras el que hay un segundo gran patio con un gran altar rodeado por otros 365 altares.
Akhenatón decidió dejar Tebas y construir una nueva ciudad algo más al norte y la llamó Ajnatón, ciudad del horizonte de Atón, pero se conoce como Tel-Amarna. Se construyó muy deprisa, en sólo 15 años, pero también tuvo una vida muy corta, apenas 15 años, ya que se abandonó muy pronto y se volvió a Tebas, pero como con una cierta idea de volver, ya que no se destruyó y se han encontrado casas tapiadas, por lo que en cierto modo se han conservado numerosas esculturas.
Está estratégicamente situada, a orillas del Nilo rodeada por una escarpadura natural de manera que sólo se podía acceder a ella por la orilla o por dos pasos al norte y al sur. Estaba rodeada de estelas con la imagen del faraón. Había 4 palacios, templos y talleres artísticos.
La ideología de este faraón es que la verdad debía ir delante de todo. Esto se manifestará especialmente en las representaciones del monarca, su familia y la nobleza en las que impera el realismo. No es un realismo idealizado, sino que se refleja también la fealdad, y por ello se representa al faraón con las malformaciones físicas relacionadas con una enfermedad que sufría.
También dentro de su ideología hay que destacar que no creía en la vida de ultratumba, daba un gran valor a la familia, por lo que en muchas ocasiones aparece jugando y besando a sus hijas y con su esposa. Tenía una ideología pacifista que llegaba a pretender prescindir de un ejército guerrero.
Son dos escultores los que han desarrollado sobretodo el taller de Amarna: Beki, que va a desarrollar un realismo exagerado, también llamado expresionismo degenerado, y Tutmés, que sigue la misma línea pero suavizando un poco las formas. Esta escuela nos va a dar una nueva estética: figuras con el cráneo alargado, rostro muy chupado, ojos oblicuos y medio cerrados, pómulos salientes, labios carnosos y prominentes, barbilla redondeada y caída, hombros caídos, brazos y manos muy largas y delgadas, pecho hundido, vientre abultado y ligeramente caído con el faldellí por debajo, pelvis muy marcada, muslos muy anchos y piernas muy delgadas. Se conservan fundamentalmente representaciones del faraón y su familia:
Coloso de Akhenatón
Se trata de uno de los 28 colosos que parece que estaban en Karnak, siete de ellos se encuentran en distintos museos del mundo. Responde a todas las características anteriores. Tiene el rostro muy alargado. Monarca tipo osiriaco, con el flagelo y el callado. Obra d Beki.

Akhenatón joven
Tiene el rostro alargado pero no tanto como en la anterior. Pertenece al taller de Tutmés.

Nefertiti
Apareció en las ruinas del taller de Tutmés. Está realizada en caliza policromada, que se conserva muy bien. Falta por pintar un ojo, es posible que fuera un boceto. Tiene el cuello muy alargado que acaba en un gran collar. Lleva la gran corona propia de Nefertiti, de forma de cono invertido y ceñida con una cinta. También lleva el hureus. A pesar de sus rasgos algo alargados es una figura enormemente bella y elegante.

Akhenatón y Nefertiti
Está realizada en caliza policromada. Aunque es muy pequeña, tiene una gran majestuosidad. Aparecen cogidos de la mano. Nefertiti aparece con la túnica propia del Imperio Nuevo de tela larga y pegada al cuerpo con muchos pliegues. También lleva la corona característica y el hureus. Akhenatón lleva una tiara como la de Ramsés II.

Cabeza de una princesa, probablemente Meritatón
Es una de sus tres hijas, Meritatón significa "la amada de Atón". Tiene el cuello muy alargado, la barbilla ligeramente caída, los ojos muy rasgados y el cráneo muy deformado, quizá por un parto difícil.

Otra cabeza femenina
De muy pequeño tamaño. Posiblemente pertenecía a un arpa. Está realizada en maderas de distintos tipos en los que quedan restos de policromía. Tiene las cejas y los ojos huecos para rellenarlos con otros materiales. Seguramente se trata de un personaje de la familia real. Reproduce los mismos rasgos.

Cabeza Salt
No pertenece a la escuela amárnica. Se dijo que podía pertenecer a la IV o V dinastía, pero recientes estudios han demostrado que pertenecía a la XVIII, no se sabe si anterior o posterior a la época amárnica. En ella se da un gran realismo, tiene los pómulos marcados pero no presenta el resto de rasgos característicos de este taller. Tiene una magnífica proporción. La cabeza está totalmente trabajada, aunque falta una peluca que seguramente llevaba.

Cabeza de niña
Tampoco es del estilo amárnico. No se sabe quién es, pero por el tipo de rostro acorazonado está cercana a las representaciones de, por ejemplo, Ramsés. Lleva una peluca rizada recogida con una coleta que cae a un lado, típico de los niños.

Relieves
Estela del ofertorio a Atón
Vemos al faraón con su familia adorando al sol. A Atón se le representa con el disco solar con numerosos rayos que acaban en pequeñas manos, que bendicen y acarician a la familia real y que a veces, como en este caso, llevan la cruz de la vida. El faraón ofrece a Atón las dos Tierras de Egipto simbolizadas en las dos vasijas de tierra. El faraón lleva corona. También hay decoración floral.

El realismo exagerado resulta especialmente visible en la figura del faraón. Es un relieve típico del Imperio Nuevo en general, no sólo de esta época, ya que es un hueco relieve, que marca más el claroscuro marcando así mejor el relieve [esto se desarrolló con la aparición de los pilonos]. Se mantiene también la ley de la máxima claridad.
Escena familiar
El faraón aparece con Nefertiti y sus hijas, una en brazos de Akhenatón, otra en los de Nefertiti y la tercera sobre las rodillas de ésta. Los padres están acariciando a sus hijas y Akhenatón parece estar a punto de besar a la que tiene en sus brazos.

Nefertiti lleva su corona característica. Presidiendo la escena aparece el disco solar bendiciendo con los rayos de sus manos a la familia real. Mismas características estilísticas a la anterior.
Otra escena familiar
Muy parecida a la anterior. Una de las hijas está en el centro y de pie. Las manos de los rayos del disco solar donde están cercanas a Akhenatón y a Nefertiti llevan la cruz de la vida.

Relieve polícromo de Semenkhare y la princesa Meritatón
Se conservan muy bien los colores. Es también una escena familiar, Los rasgos son característicos de este periodo. Sobre los hombros llevan joyeles.

En la pintura se dan las mismas características de la escultura.
Tutankhamón
A la muerte de Akhenatón le sucedió su yerno Semenkhare, casado con la hija del faraón Meritatón, pero sólo reinó durante tres años. Ya con Senemkhare se dieron ciertos cambios políticos y religiosos (por ejemplo, permite que el nombre de Amón se pueda invocar en público, acabando así con la exclusividad del culto a Atón). Pero fue con Tutankhamón, un niño que parece que era su yerno por estar casado con la tercera de las princesas, Ankhesenamón, aunque también se ha dicho que pudiera ser su hijo y que sucedió a Semenkhare, cuando se consuma el abandono de Amarna y la restauración del culto de Amón, aunque sin abolir el de Atón, que seguirá vigente hasta el reinado de Seti I.

En la época de Tutankamón se puede ver todavía una pervivencia de Amarna, pero se va suavizando y van ganando terreno las notas de ese bello estilo que comenzó Amenofis III y que continuará Ramsés II.
Tutankhamón de niño
En esta escultura todavía se ven las formas que recuerdan al periodo amárnico, pero mucho más suavizado. Tutankhamón reinó y murió muy joven, entre el 1345 y el 1335, muriendo con unos 19 años. Se trata de una representación alegórica en relación con el nacimiento de Horus sobre el cáliz de una flor de loto, de la que emerge la cabeza del faraón. Está realizado en madera estucada y policromada. Pese a dejar la mirada al aire, hay una ligera expresividad.

Su tumba se encuentra en el Panteón de los Reyes y se descubrió en noviembre del 1922 por Carter, que entró en febrero del 1923 descubriendo el magnífico tesoro que allí se guardaba. Hay muchas leyendas en torno a la apertura de esa tumba relacionadas con enfermedades y muertes que sucedieron durante su apertura y exploración.
Pese a ser un hipogeo no tan complicado como las del resto del Imperio Nuevo, se encontró prácticamente intocada. La tumba había sido violada en la antigüedad, se cree que unos 10 años después del enterramiento del faraón, pero es posible que se descubriera el robo y la tumba se volvió a sellar y se cerrar hasta su descubrimiento el siglo pasado.
Posiblemente cayó un aguacero que arrastró la tierra a su alrededor favoreciendo que permaneciera oculta. Los ladrones se debieron llevar bastantes joyas, especialmente las que se encontraban más al exterior, pero aún así queda un grandioso tesoro. La tumba era tan rica, que hasta las puertas son muy valiosas, recubiertas de oro con decoración de relieves, siempre en relación con el mundo de ultratumba.
El ka de Tutankhamón
Esta escultura muestra al faraón en tamaño natural en actitud de caminar, pero con los dos pies sobre el suelo, como era costumbre, Lleva sandalias, un velo que recuerda al nemes llamado khat que le deja las orejas al descubierto y en el centro el hureus. En las manos lleva el cetro y el callado. Tiene el vientre ligeramente abultado, aunque es posible que esto fuera para resaltar la anatomía y no por seguir el estilo amárnico.

Figurillas del faraón
Se encontraron cientos de figurillas muy pequeñas del faraón y también multitud de outsbeti (365 para cada día del año, más 36 capataces por cada semana de diez días y otros 12 por mes).

Hay una dorada que representa la figura del faraón con la corona del Bajo Egipto pescando. Lleva el faldellí y está sobre una barca simbólica, dispuesto a lanzar el arpón. Los pies ya no están pegado al suelo, pero sí lleva sandalias. Hay un gran interés por el estudio anatómico, es muy proporcionado. Está rompiendo el especio. Sus rasgos son muy bellos.

Hay otra, con el faraón con la corona del alto Egipto, que no está del todo proporcionada. Lleva en las manos el flagelo y el callado y está sobre una base apoyada en una pantera. Es una figurilla claramente funeraria ya que la pantera en uno de los animales relacionados con el mundo de ultratumba. Quizá esté relacionada con el viaje que debe hacer el faraón. El faraón es dorado y la pantera es negra con toques dorados. Tiene un rostro joven y bello y los dos pies sobre el suelo.
Una tercera, también dorada, representa al faraón como Osiris: con los brazos cruzados, envuelto en un sudario y con los símbolos (hureus, callado y flagelo), pero sin barba postiza. También presenta un rostro joven y bello.

Armario canópico
Se trata de un armario que a su vez contenía otros armarios canopios en su interior. Debido a su gran tamaño tuvo que ser armado en su interior. Es de madera recubierto por láminas de oro.

En cada una de las cuatro caras tiene a una diosa que de una forma u otra están relacionadas con el mundo de ultratumba. Son esculturas exentas doradas que están mirando al armario y tienen los brazos abiertos en actitud protectora. No hay tanta armonía ni proporción como en otras esculturas (tienen el tronco mucho más grande que las piernas, los brazos muy finos pero muy largos, etc.).
Están cubiertas con túnicas muy finas que dejan ver la anatomía y llevan el khat. Las caras del armario estaban trabajadas pero apenas se destaca. Remata con una terminación en gola con una hilera de cobras con el disco solar policromadas en azules y rojos que marcan un gran contraste. Está cubierto por un baldaquino con la misma terminación.
El chacal de Anubis
Se trata de un pequeño armario que contenía ungüentos, perfumes, etc. cubierto de chapas de oro con relieves. Está cornado por la figura de Anubis, que sirve como protector. Está tumbado con mucha calma. Se trata de una figura llena de realismo. Acusa mucho las orjeas y los huesos. Es de un tono oscuro con toques de oro en las orejas, los ojos y el collar, y de plata en las uñas.

Trono de Tutankhamón
Está realizado en madera y cubierto con policromía y pedrería. Las patas terminan en garras de león y en la parte alta tienen cabezas de este animal. Los brazos están formados por águilas coronadas con las alas extendidas. Lo más llamativo es el relieve en el respaldo del trono en el que aparece una escena presidida por el disco solar con las manos que veíamos en las representaciones de Amarna, algunas de las cuales llevan la cruz de la vida. En ella, aparece Tutankhamón sentado en un trono mientras su mujer le acaricia perfumándole. Ambos llevan grandes pectorales. Es un bajorrelieve en el que hay una preocupación por el volumen, que se va modulando, no hay sólo dos planos.

La tumba
Se trata de un sarcófago grande de cuarcita rosa y granito rojo [arte egipcio, 179]. En su interior había tres sarcófagos más pequeños uno dentro del otro, realizados los dos primeros con madera recubierta de oro y el último totalmente de oro [82]. El intermedio lleva el nemes, la barba, el hureus y el buitre y está representado como Osiris. Se encuentra cubierto de relieves y policromado, con un predominio del azul y del rojo. Tiene el rostro idealizado, muy proporcionado.

La momia se encontró rodeada de multitud de amuletos y cubierta con una máscara y un pectoral. La máscara era muy rica, realizada en lapislázuli y oro. El nemes, en el que se encuentran la cobra y el buitre, cae por delante. Hay una mayor frialdad que en la anterior, no insinúa esa ligera sonrisa y tiene los ojos más perdidos. El pectoral, realizado con oro y pedrería, iba sobre la momia ajustándose a la forma anatómica. En él, está representado el disco solar, un escarabajo, dos dioses, etc.
Épocas tardías
A partir de la dinastía XXI comienza una crisis política y artística. En la época saíta vuelve a haber un cierto renacimiento artístico y más tarde el arte se verá influido por Grecia y Roma. Así pues, a partir de este momento no va a haber grandes innovaciones. Lo único que merece la pena destacar es el uso de otros materiales en la escultura: metal, principalmente bronce, incustraciones de pedrería, etc.
La reina Koromana
Pertenece a la dinastía XXII, en el siglo VIII. Es una figurilla no muy grande realizada en bronce con incustraciones de otros metales y recubierta en algunas zonas (brazos y cara) por láminas de oro.

Es muy similar estilísticamente a lo anterior. Lleva los brazos hacia delante abiertos, seguramente llevaba un sistro en las manos. Lleva la cabeza alta mirando al frente, con una peluca del estilo de las de Ramsés y con el hureus. Lleva una túnica, con las mangas cortas que sobresalen, muy pegada al cuerpo dejando ver una anatomía muy perfecta, hay idealización. Tiene los ojos y la boca más pequeños y las formas son más minuciosas.
La cabeza verde
Pertenece a la dinastía XXX, del siglo IV a.C., y está realizada en pizarra verde. Posiblemente es la cabeza de un sacerdote, que seguramente formaría parte de una escultura de cuerpo entero.

En todo caso representa a un hombre maduro con un gran realismo y una gran preocupación anatómica, pero parece más bien el retrato de un tipo humano, revestido de una gran autoridad, que de un individuo concreto, debido a la absoluta simetría de los pliegues del ceño, de las patas de gallo de los ojos y de las arrugas labio-nasales y a que está demasiado rígido y hay una excesiva simetría y geometrización.

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