miércoles, 25 de enero de 2012

La medicina en epoca de los faraones

La civilización de los faraones tenía importantes conocimientos sobre medicina. A través de unos papiros médicos se ha podido recoger información sobre los médicos -su consideración social y el aprendizaje de la profesión-, las teorías anatómicas, fisiológicas y patológicas, los tratamientos y el instrumental que empleaban los cirujanos en sus intervenciones. Un pasado que vuelve con novedades.
Los conocimientos del pasado, estudiados hoy
A través de largas y exhaustivas investigaciones se ha descubierto que la civilización de los faraones tenía importantes conocimientos sobre medicina, superando así incluso a otras culturas posteriores. Sus restos arqueológicos han permitido reconstruir parte de su ciencia. Así como también fuentes literarias, escultóricas y pictográficas, vestigios que son de gran valor para conocer aspectos de la enfermedad y la medicina de una época tan lejana.
La medicina egipcia data de alrededor de 2.900 a.C., y el estudio de sus prácticas se ha basado en lo encontrado en unos documentos denominados papiros, así como en el detenido análisis de los restos humanos, más el estudio de las momias.
La principal literatura egipcia está representada por los llamados "Libros Herméticos del dios Thoth", buena parte de los cuales se han perdido. Los papiros médicos son fragmentos de estos libros y son varios los disponibles en la actualidad -en diferentes museos y bibliotecas-. Estos documentos recogen información sobre los médicos -su consideración social y el aprendizaje de la profesión-, las teorías anatómicas, fisiológicas y patológicas, los tratamientos y el instrumental que empleaban los cirujanos en sus intervenciones.
Quizás el más representativo de estos documentos, en cuanto a los medios medicamentosos que se utilizaban, es el llamado "Papiro de Ebers". éste contiene 110 páginas que incluyen 877 recetas, además de mencionar unas 700 drogas. Otro papiro destacable, entre los nueve existentes, es el quirúrgico de Edwin Smith, apenas anterior al de Ebers (aunque ambos se ubican alrededor del 1.550 a.C.).
Este último documento debe su nombre al primer egiptólogo -de origen norteamericano- que adquirió el rollo en 1862. Aunque no fue capaz de descifrar su contenido, Smith estaba consciente de la extraordinaria importancia del manuscrito. El papiro, que cuenta con 839 párrafos, hace referencia a prácticas médicas anteriores a su escritura.
En resumen, la práctica médica en el Antiguo Egipto mezclaba elementos mágicos y religiosos con conocimientos anatómicos y fisiológicos. Existía una jerarquización de la profesión, había médicos de origen sacerdotal especializados en la curación de determinadas enfermedades -que según los egipcios tenían origen divino-, y otros que trataban afecciones relacionadas con encantamientos o hechizos, médicos cirujanos, etc.
Los egipcios practicaron la cirugía, pero además confiaban en los efectos mágicos de sus medicinas, que ayudaban a sacar del organismo los espíritus malévolos. Los problemas más tratados fueron las enfermedades del estómago, aunque éstos también sufrían de Bilharsiasis y de enfermedades de los ojos.
Algo de su propia medicina
En la época se llegaron a utilizar unos treinta productos vegetales, y entre los usados más importantes se pueden destacar los siguientes: la albahaca (para el corazón), la sábila (acíbar) o áloe, para los parásitos, la belladona para el insomnio y el dolor (aunque ésta como la sena, tuvieron su auge en la época de los árabes).

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